Cuarta ola de calor y próximos veranos en España a 50 grados
La península ibérica vuelve a ser pasto de temperaturas extremas, alcanzándose la temperatura media más cálida de todo el año. Los científicos consultados por la agencia noticiosa Sputnik se reafirman en la validez de sus modelos predictivos y señalan que el país no podrá adaptarse a los extremos climáticos. El riesgo de incendios se extiende más allá de los veranos.
España sufre los rigores de temperaturas anormalmente altas por cuarta vez en lo que va de verano. Se trata de la ola de calor extremo más prolongada e intensa de la temporada estival y, de acuerdo con los registros, ha resultado ser la más tardía. En otras palabras, nunca antes había hecho tanto calor y durante tantos días a finales de agosto.
Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el 23 de agosto se registraron +29 °C de media en el país, el día más cálido del año, cuando lo habitual es que en esa fecha se alcancen solo +22 °C. El organismo destaca que tres jornadas de la ola de calor, que comenzó el 19 de agosto, figuran ya entre los 10 días más calurosos en España desde 1950. En Miranda de Ebro (Burgos) y Tortosa (Tarragona), el termómetro marcó una temperatura ambiente a la sombra de +43,9 °C.
En perspectiva, + 50 °C
La continua emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, cuyo volumen no decrece, es el motivo que subyace tras los extremos climáticos, para los que, en el caso de España, se prevén temperaturas de hasta +50 °C durante las olas de calor de los próximos años, tal y como declaró a la emisora de radio SER Carlos del Castillo, jefe del Laboratorio de Ecología Oceánica de la NASA.
Para España, el impacto de las continuadas olas de calor extremo se traducirá en riesgos para su principal industria, el turismo. La subida del nivel del mar y de la temperatura del agua («los océanos tienen fiebre», en palabras de C. del Castillo) entrañan, además, el riesgo de desaparición de playas.
La cuenca del Mediterráneo es una de las regiones del mundo «más sensibles» al cambio climático, recuerda P. Canadell, donde se advierte «una extensión de la temporada de incendios, antes mayoritariamente relegada a los veranos, y ahora extendiéndose especialmente a la primavera».
SPUTNIK.