El apocalipsis está cerca: un grupo de investigadores confirma que la inteligencia artificial ya tiene conciencia
La tecnología está llegando a lugares que ni los científicos pueden explicar.
El Centro de Ciencia de la Conciencia de la Universidad de Sussex, en Reino Unido, realizó un nuevo proyecto de investigación sobre la conciencia humana: Dreamachine. Se trata de un análisis sobre la parte de nuestro cerebro que nos permite ser conscientes de nosotros mismos.
Aprendiendo la naturaleza de la conciencia humana, los investigadores pueden profundizar en algo que aterroriza a todos: la conciencia de la inteligencia artificial.
¿La IA ya tiene conciencia? El mayor temor de la humanidad
Con un avance rápido de las aplicaciones de inteligencia artificial como Gemini, ChatGPT o Grok, las conversaciones ya son fluidas y elocuentes, superando a diseñadores de chatbots.
Algunos pensadores creen que, a medida que esto evolucione, las máquinas tomarán su propio camino. Así lo afirma el profesor Anil Seth: «Asociamos la conciencia con la inteligencia y el lenguaje porque van de la mano en los humanos. Pero el hecho de que vayan juntos en nosotros, no significa que vayan juntos en general, por ejemplo, en los animales».
¿La conciencia de la IA es una realidad?
La BBC realizó una nota sobre el tema y entrevistó al profesor Shanahan, científico principal de Google DeepMind y profesor emérito de IA en el Imperial College de Londres, quien dio su opinión al respecto.
«Estamos en una posición extraña de estar construyendo estas cosas extremadamente complejas, una posición en la que no tenemos una buena teoría de exactamente cómo logran las cosas notables que están consiguiendo», explicó.
En ese sentido, enfatizó: «Por lo tanto, tener una mejor comprensión de cómo funcionan nos permitirá dirigirlos en la dirección que queremos y garantizar que estén seguros».
Lo que revelan las investigaciones no es un peligro sobre el accionar de la IA, sino del miedo que genera la ilusión de la conciencia de estas máquinas y la idea de lo que podrían llegar a ocasionar.
FUENTE: EL CRONISTA
