Sorpresa en el Vaticano | El papa León XIV lanza un duro mensaje a todos los católicos: «serán salvos quienes…»
El líder eclesiástico reflexionó sobre aspectos centrales de la Iglesia católica, los cuales marcarán su pontificado.
El papa León XIV fue a la Basílica de San Pablo de Extramuros para orarle al Apóstol de los Gentiles. Allí dio la misa y en la homilía les dejó un profundo mensaje a todos los fieles católicos sobre la salvación del alma.
En la misa habló de la «gracia, la fe y la justicia» y le encomendó todo su pontificado al Apóstol. Además, el papa remarcó que la vocación cristiana «nace del amor gratuito de Dios y requiere una respuesta libre de fe obediente».
La reflexión del papa sobre la carta de San Pablo y la salvación
En su discurso el sumo pontífice habló de la la salvación y dejó en claro en que «no es automática», tras hacer la lectura de la carta de San Pablo a los cristianos de Roma, que aparece en el Nuevo Testamento de la Biblia.
León XIV invitó a todos los fieles a reflexionar sobre este mensaje que para la Iglesia católica es «tan rico en significado espiritual y teológico».
Según el Vaticano, San Pablo comienza su carta reconociendo que ha recibido de Dios la gracia de la llamada. Tal como explicó el papa, esto significa que «su vocación y misión como apóstol no son fruto de méritos personales, sino de una iniciativa divina que le precede».

«A pesar de haber sido perseguidor de la Iglesia, Pablo fue alcanzado por el amor misericordioso de Dios, quien lo eligió para una nueva vida. Este llamado gratuito recuerda a las palabras de san Agustín, quien afirmaba que no podemos amar a Dios si antes no hemos sido amados por Él».
Qué dijo el papa León XIV sobre quiénes serán salvos
Luego, León XIV aseguró que la fe «no es una imposición mágica, sino una respuesta libre y confiada a la iniciativa amorosa de Dios» y además «supone lucha, esfuerzo, y adhesión personal».
Luego de estas palabras, el papa afirmó que «la salvación no ocurre de forma automática, por encanto, sino que es el resultado, sino que es un misterio de gracia y de fe, del amor de Dios que nos precede, y de la adhesión confiada y libre por parte del hombre».
«La salvación es fruto de un misterio de gracia y adhesión personal», destacó León XIV, previo a agradecer a Dios la «llamada con la que transformó la vida de Saulo».
«Le pedimos que sepamos cultivar y difundir su caridad, haciéndonos prójimos los unos de los otros en la misma carrera de afectos que, desde el encuentro con Cristo, impulsó al antiguo perseguidor a hacerse ‘todo para todos» (1 Co 9,22), hasta el martirio. De ese modo, para nosotros como para él, en la debilidad de la carne se revela la potencia de la fe en Dios que justifica (cf. Rm 5,1-5)'»
FUENTE: EL CRONISTA