Domos que conquistan: cuánto cuesta construirlos y por qué marcan tendencia en el turismo alternativo y la vivienda

Desde glampings en plena naturaleza hasta viviendas permanentes, los domos geodésicos ganan terreno por su bajo costo, versatilidad y velocidad de armado. Cómo se construyen, qué tipos existen, dónde está la mayor demanda y cuánta inversión se necesita para ingresar a un mercado en plena expansión.

Los domos geodésicos son estructuras semiesféricas compuestas por una red de triángulos que distribuyen el peso de manera uniforme. El modelo fue popularizado por Buckminster Fuller (falleció en Los Ángeles en 1983, fue un arquitecto e inventor estadounidense que desarrolló y popularizó la estructura del domo geodésico como modelo de construcción sustentable), que los definió como una forma eficiente y resistente de arquitectura modular.

Y son muy empleados en el glamping, que combina la experiencia del camping con el confort de un hotel boutique. Es una modalidad que se expande en destinos naturales a nivel global, donde el lujo se adapta al entorno sin alterar su esencia.

En la Argentina, los domos se multiplican en proyectos turísticos y como viviendas alternativas. Las razones son económicas, técnicas y culturales: menor inversión, construcción rápida, impacto ambiental reducido y alto valor estético.

Cómo se construyen y qué materiales se utilizan

Los domos se montan sobre plataformas de madera o cemento. Las estructuras pueden ser de acero galvanizado, madera o aluminio. La cubierta más habitual incluye lonas de PVC, celulosa aislante, corcho impermeabilizante o policarbonato. El tipo de material influye en el costo y en el mantenimiento.

Se construyen en pocas semanas

Los domos de acero con lona técnica son los más buscados en el turismo por su fácil armado y escaso mantenimiento. En cambio, los domos de madera son más costosos pero apuntan a un uso permanente: alcanzan estándares comparables a una vivienda tradicional.

El armado de un domo puede llevar desde unas pocas horas hasta un mes, dependiendo de su tamaño, materiales y nivel de equipamiento. Un domo de 30 metros cuadrados de madera, por ejemplo, puede estar listo en 30 días, según Joaquín Gracián, CEO de Domos Chajá.

Cuánto cuesta construir un domo

Un domo básico de 6,5 metros de diámetro (unos 32 m2) cuesta alrededor de u$s11.000 en versión llave en mano con aislación interior y exterior, puerta, ventanas y piso. En el caso de los domos de madera de uso permanente, el valor se ubica en torno a los u$s950 por m2. Una unidad de 30 m2 ronda los u$s28.500, mientras que una vivienda de 80 m2 de dos plantas puede superar los u$s75.000.

Son poli rubros y es clave el aislamiento para resistir vientos, calor y frío

Domos Rojo ofrece versiones para glamping desde $5.000.000 (unos u$s5.500 al tipo de cambio actual), que se arman en un día. Verónica Da Pos, directora de la firma, aseguró que el producto responde a la demanda por soluciones habitacionales y turísticas rápidas, fáciles de montar y con alta adaptabilidad.

Rentabilidad y modelo de negocio

Pablo Sierra, titular de Domos GLAM, explicó que el modelo más común en el sector turístico es el de cuatro domos de 32 m2, con una inversión inicial de u$s45.000. «En ese caso, se puede recuperar la inversión en 8 a 12 meses, si se alquilan a u$s150 la noche para dos o cuatro personas y se logra ocupación plena», señaló.

El éxito depende de la ubicación, el diseño y los servicios que ofrezca el proyecto. La demanda se concentra en destinos de naturaleza, desde Ushuaia hasta la Quiaca. La Patagonia, el Litoral y el norte cordillerano lideran el crecimiento.

Prosperan en zonas turísticas y donde la naturaleza es protagonista

Sierra detalló que las medidas más buscadas para glamping son los domos de 5, 6,5 y 8 metros de diámetro, que equivalen a 20, 32 y 50 metros cuadrados respectivamente. Estas dimensiones permiten alojar a parejas o pequeños grupos con comodidad, sin necesidad de estructuras complejas.

Por qué crece su uso en el turismo

Los domos responden a una demanda creciente por experiencias inmersivas en la naturaleza con confort. Su bajo costo por m2, la velocidad de instalación y la posibilidad de personalización explican su adopción por parte de emprendedores, inversores y operadores turísticos.

Se estructuran hasta en el Aconcagua, como soluciones para acampar y que los andinistas puedan descansar y pernoctar

«Lo que antes era visto como precario hoy está asociado al diseño, la sustentabilidad y la eficiencia», afirmó Gracián. Los domos alcanzaron el confort de una vivienda convencional y por eso también subieron sus costos. Aun así, siguen siendo una opción ventajosa por instalación, mantenimiento y durabilidad.

Verónica Da Pos remarcó que los domos se utilizan no solo para hospedaje, sino también como salones de eventos, espacios para talleres, invernaderos, aulas y hasta templos. «En Bariloche hubo una iglesia montada dentro de un domo durante meses. Es una solución rápida, estética y funcional», cuenta.

Vivienda permanente y reglamentación

La demanda de domos como vivienda crece en ciudades del interior con disponibilidad de tierra. Familias jóvenes los eligen como alternativa a casas tradicionales o tiny houses. Además, los domos cuentan con Certificado de Aptitud Técnica (CAT) y están incluidos en los códigos de edificación.

Tambien están los urbanos y los que se levantan en terrazas de edificios o casas

Su considerable altura permite desarrollar viviendas de dos plantas con entrepisos. Esto maximiza la superficie habitable sin ampliar la base. La impermeabilización y la aislación de calidad garantizan la vida útil del domo, siempre que se respeten los cuidados básicos de mantenimiento.

La construcción llave en mano de un domo de 20 m2 ronda los u$s20.000. Es un segmento que atrae a quienes buscan soluciones rápidas, modulares y sostenibles, con diseño de autor y posibilidad de autoexpansión. En algunos casos, los modelos incluyen entrepisos para dormitorios o baño completo con termotanque solar.

Su costo total supera los u$s11.000

Gracián, enfatizó que los domos de madera superan en calidad y prestaciones a los de lona. «Requieren mayor inversión, pero están pensados para uso permanente, soportan todos los climas y tienen aislamiento térmico superior», asegura. También se destacan por su estética: «Son hermosos, y eso influye en la decisión de compra».

Un mercado en consolidación

El fenómeno de los domos geodésicos articula arquitectura, turismo y estilo de vida. El formato se diversifica según materiales, escalas y niveles de terminación. La experiencia de glamping dejó de ser una moda pasajera para consolidarse como un modelo de negocio replicable, adaptable y en crecimiento.

Dotados de todo el confort

Mientras el sector inmobiliario tradicional se reacomoda tras el fin del cepo y el regreso del crédito hipotecario, el mercado de los domos sigue expandiéndose en paralelo, impulsado por la demanda de experiencias distintas y por nuevas formas de habitar el territorio.

La posibilidad de comprar en kit, contratar un servicio llave en mano o incluso autoconstruirlos con asistencia técnica amplía el abanico de perfiles que se interesan por este tipo de soluciones. Desde el propietario de una hectárea con vista a las sierras hasta un emprendedor urbano que busca diversificar ingresos, los domos aparecen como una opción viable, innovadora y en muchos casos más accesible que una obra tradicional.

«La combinación de diseño, bajo impacto ambiental, rapidez y escalabilidad convierte al domo en una pieza clave del nuevo paisaje construido argentino», concluyó Sierra.

FUENTE: ÁMBITO

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