La Iglesia salió al cruce del oficialismo por la imputabilidad: “Encerrar a chicos no resuelve el problema”
El obispo de La Rioja, Dante Braida, criticó el proyecto del oficialismo para bajar la edad de imputabilidad penal. Advirtió que encerrar a adolescentes no soluciona nada y pidió un enfoque más amplio y humano para enfrentar el problema.
En medio del avance del debate legislativo por la baja de la edad de imputabilidad penal, la Iglesia Católica Argentina se metió de lleno en la discusión y le marcó la cancha al oficialismo. Lo hizo a través de una fuerte declaración de Monseñor Dante Braida, obispo de La Rioja y presidente de la Comisión de Pastoral Social, quien cuestionó de forma directa el proyecto que impulsa el gobierno de Javier Milei para que adolescentes de 14 años puedan ser juzgados penalmente como adultos.
«No nos parece que bajar la edad sea lo adecuado. Poner en situación de encierro a un chico no soluciona el problema de raíz», expresó el obispo, en una frase que resume la postura de la Iglesia frente a una iniciativa que ya generó controversia en distintos sectores. Las declaraciones se dieron mientras en la Cámara de Diputados se desarrollaban las reuniones plenarias de comisiones donde el oficialismo busca avanzar con el dictamen.
El proyecto impulsado por el Ejecutivo tuvo varias versiones: en un principio proponía llevar el límite a los 13 años, pero tras negociaciones con bloques como la UCR, el PRO, el MID y otros aliados, se consensuó fijarlo en 14 años. Esa modificación no aplacó las críticas de referentes eclesiásticos ni de organizaciones sociales que advierten sobre las consecuencias de aplicar un enfoque punitivo a menores de edad.
«Creemos que es una realidad que hay que abordarla de una manera amplia, multisectorial, para ir a las causas de por qué una persona tan pequeña en edad podría llegar a estas instancias de delitos tan graves», explicó Braida en diálogo con Infobae. Y reforzó: «No creemos que la solución sea lo penal, sino más bien ofrecer instancias de recuperación y de prevención».
La crítica no se limitó a una mirada técnica. También hubo un claro mensaje político dirigido al presidente Milei y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a quienes Braida les pidió que frenen la marcha del proyecto: «Que puedan dar tiempo para que todos los sectores sociales puedan dar su opinión y también aportar propuestas diversas para atacar realmente el problema, yendo a las causas».
Desde su rol como representante de la Pastoral Social, el obispo dejó en claro que la preocupación por esta iniciativa no es un asunto exclusivo de la Iglesia. «Es una posición que no es solo de la Iglesia, sino también de muchas organizaciones», dijo, al referirse a las redes de instituciones que trabajan con chicos y adolescentes en situación de vulnerabilidad. «El problema requiere tiempo y una apertura a un abordaje más amplio», insistió.
El monseñor también puso el foco en las deficiencias estructurales del sistema penal juvenil, una crítica que comparten incluso algunos legisladores de la oposición dialoguista. «Lo que necesitan estos chicos es oportunidades. Nuestros regímenes penitenciarios están abarrotados y muchas veces en las cárceles se potencian las problemáticas», sostuvo. Y remató: «Poner en situación de encierro a un chico no soluciona el problema de raíz».
Actualmente, el proyecto se encuentra en pleno tratamiento parlamentario. La expectativa del oficialismo es conseguir dictamen en comisiones en los próximos días, con apoyo de sectores que están dispuestos a acompañar la versión moderada del texto. Si avanza, podría llegar al recinto antes de fin de mes. La discusión promete mantenerse encendida y, con la Iglesia ya en el centro del debate, la presión social sobre el Congreso no hará más que aumentar.
FUENTE: DATACLAVE