“Algo tan importante como un club no puede ser convertido en una empresa”

Magalí Mastaler preside la comisión de Deportes de la Cámara de Diputados. Es santafesina, de Gálvez -“no de Villa Gobernador Gálvez”, aclara-, tiene 33 años, se recibió de licenciada en Trabajo Social y milita en La Cámpora. Dice con orgullo que es de la ciudad de Andrés Nocioni, el basquetbolista y campeón olímpico de la Generación Dorada. Un primer indicio de lo que será la entrevista sobre las Sociedades Anónimas Deportivas que el gobierno de Javier Milei quiere imponer, lo da cuando menciona al Ceci. No se trata de una sigla. Es el club del que surgió el Chapu. Lleva el apellido de la familia que lo fundó en el patio de su casa. Todo un símbolo de lo que se discute en estos días. La transferencia de instituciones levantadas por generaciones de argentinos a capitales foráneos y la voracidad del mercado.

—¿En qué estado se encuentra la discusión en el Congreso sobre las SAD?

—Al interior de la comisión de Deportes no es un tema que se haya tratado desde ninguno de los espacios políticos que la conforman. Ni por pedidos de diputados ni nada. Lo único que tiene vigencia es el DNU 73 que hasta que no sea rechazado por la Cámara Baja se mantiene vigente, aún con el rechazo de la Cámara de Senadores.

—¿No hay siquiera un proyecto sobre las sociedades anónimas en Diputados?

—Sí, hay dos presentados por el PRO. Uno de Héctor Baldassi y otro de Gabriel Chumpitaz, que es de Santa Fe. Están en la comisión de Legislación General y el de Baldassi además en Deportes.

—¿Cuál es tu mirada sobre el intento de imponer las SAD en nuestros clubes aunque se lo presente como optativo, pero bajo presión?

—Desde que me aboqué a construir políticamente atravesada por la militancia y por donde fue transcurriendo mi vida, intento ocupar un lugar que tenga relación con la construcción de las comunidades. Mi mirada sobre lo que es el deporte en general, más las problemáticas que lo componen en particular, me señalan que algo tan importante y de nuestro tejido social como un club no puede ser convertido en una empresa, como algo que cumpla solo un fin de comercialización. Tal es así que podría pensarse que tengo una mirada muy inocente, pero soy muy sincera.

—El deporte en la Argentina pasa por los clubes y venir a arrebatar esas instituciones y enfrentar a la política que los quiere entregar al mercado no me parece que sea una mirada ingenua…

—Me refería a que en el deporte, como es una industria, muchas veces las cosas se terminan definiendo por conveniencia económica y no por lo que realmente tiene importancia y relevancia real. Entiendo que hay un contexto mucho más amplio y complejo donde se discute y se toman decisiones sobre esto. Y creo que hay más posibilidades que las SAD sean una realidad. Salvo, claro, que las personas que componen y que construyen todos los días el ecosistema del deporte de nuestro país, tomen posición sobre el tema y se haga carne en la comunidad deportiva para conseguir una demostración de apoyo contundente y que retroceda la política para instalar las SAD.

—¿Está previsto que citen al secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, para que informe sobre este tema clave en la comisión que presidís?

—En realidad fue una idea que surgió cuando constituimos la comisión. La diputada Juliana Santillán de la Libertad Avanza se puso a disposición para generar ese nexo porque en los próximos meses todas las comisiones tendrán que realizar intercambios con funcionarios del gobierno de Javier Milei para tener una idea más acabada de hacia dónde van en esta área de gobierno. No está descartado citarlo.

—¿Cómo debería financiarse el deporte desde el Estado?

—El deporte debería financiarse a través de un Ministerio del área a nivel nacional y a su vez en correlación con todas las provincias de manera federal. Yo formo parte de un espacio político que apunta mucho a la construcción del federalismo y que pueda estar realmente planificado y representado. El deporte en ese sentido se merece una jerarquía que se pueda sostener en el tiempo y darles la posibilidad a todos los jóvenes en todos los rincones del país. Yo creo que no podemos salir de la crisis social, económica y cultural en que nos encontramos, privatizando y despedazando los clubes.

—En general, ¿cuáles deberían ser los trazos más importantes de una política deportiva como la que estás proponiendo?

—Desde la Cámara ya se presentó un proyecto para volver a poner en discusión la autarquía del ENARD y poder financiarlo de manera concreta y directa. Me parece que tenemos que discutir la intención de llamar a un confederal que trabaje en el desarrollo del deporte y crear un ministerio con jerarquía nacional y de ahí para abajo hacer comunidades de desarrollo para todos los deportistas en el territorio y en cada disciplina, para que no sea un deporte elitista y que ninguno se beneficie en perjuicio de otro.

—Hablaste de sostener en el tiempo ese modelo. ¿Debería volver a discutirse una nueva Ley del Deporte que es de 1974 y solo se retocó en 2015?

—Hemos hablado de eso y la Ley del Deporte es tan vieja, más allá de la actualización de 2015, que claramente debe tener una actualización porque el Congreso actúa y no es lo mismo hoy que en 2015. Están de nuevo las bases para debatir, repensar el presente y seguir las proyecciones de estudio que debe tener el esquema deportivo y desde ese lugar sentarnos a discutir una actualización de la Ley del Deporte en general.

—¿Cuál es tu opinión sobre los clubes de barrio, el deporte en las villas y en las cárceles como ecosistema de inclusión y ampliación de derechos?

—Lo que más conozco es mi provincia, Santa Fe, y la que más recorro. Mi ciudad y mi departamento. Entiendo, por lo que me cuentan los compañeros de otras provincias y territorios, que las instituciones deportivas funcionan muy bien. Hay algunas que en términos de estructura están mejor que otras, pero su realidad tiene que ver con un grupo humano que acompaña todo eso. Se ve a la gente compartiendo las prácticas deportivas, una merienda en comunidad, los niños asisten a clase y eso es lo que el deporte supo consolidar a lo largo del tiempo, con instituciones educativas, de salud también y me parece que todo eso suma. Debemos generar desde ahí vínculos de solidaridad, de construcción colectiva, como por ejemplo: si yo sé que puedo comprarme los botines y alguien no, ayudar al que no tenga cómo. Y eso hace que el deporte sea tan importante.

—¿Cómo se promueve la paridad de género en el deporte?

—Nosotros en el primer año de gestión presentamos en la Cámara de Diputados un proyecto que es un programa de promoción de paridad de género en las instituciones deportivas. Logró tener media sanción en la Cámara de Diputados. Fue una discusión en la que estuve acompañada por la Confederación Argentina de Deportes y FAMUD, el Foro Argentino de la Mujer en el Deporte que presido y donde se trabajan los temas de género dentro de la CAD. El proyecto perdería estado parlamentario en noviembre de este año si el Senado no lo trata. Se pensó y se construyó con todas las instituciones deportivas y busca garantizar por medio de una ley que haya paridad de género en las listas para competir en las comisiones directivas de los clubes. Pero no se queda ahí. También propone crear departamentos de género y diversidad en todas las instituciones deportivas. Y un protocolo de seguimiento en situaciones de violencia. 

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