Pidieron la detención de otro testigo en el juicio contra Alperovich

Víctor Hugo Decataldo admitió que intentó manipular a la denunciante.

Un testigo del juicio contra el ex senador José Jorge Alperovich, quien fue pareja de Sara, la hija del imputado, colmó la paciencia del fiscal Sandro Abraldes quien, a viva voz, pidió que fuera detenido y procesado por el delito de falso testimonio. 

La solicitud del fiscal fue apoyada por los querellantes Pablo Rovatti Carolina Cymerman luego de un interrogatorio en el cual el testigo, el empresario Víctor Decataldo, admitió que antes de que se presentara la denuncia intentó manipular a la denunciante para sacarle información. Es el mismo testigo que hace 10 días afirmó que a su entender la denuncia contra Alperovich era falsa.

Decataldo comenzó a trabajar con Alperovich en la campaña en 2017 y hasta 2019 luego de que un amigo lo invitó a una reunión con el ex gobernador. “En esas circunstancias conocí” a la denunciante, dijo. “Durante el tiempo que estuve con ellos jamás vi nada extraño entre José Alperovich y ella. Jamás supe de maltratos o abusos sexuales”, afirmó. Y además aseguró que la denunciante “estaba mal física y psicológicamente por la relación que ella tenía con David Mizrahi”, el ex concejal y asesor de Alperovich. 

Decataldo reconoció que cuando comenzaron a circular rumores de que Alperovich iba a recibir una denuncia en su contra contactó con la joven a través de Instagram. “Fue una estrategia mía para sacar información. Yo la veía muy mal a Sarita y quería hacer algo para ayudarla. Hoy me arrepiento y pido disculpas”, aseguró. 

Fue así -según dijo- que mediante la red social comenzó a intentar sacarle información a la joven para contarle a Sarita. “Nunca me dijo que la habían violado. De otra manera no hubiera hecho esas preguntas que le hacía”, agregó Decataldo. 

Abraldes recordó además que el testigo ya había declarado durante la instrucción y que nunca dijo que había usado esa estrategia para engañar a la joven: «Miente ahora y mintió antes. Este testigo esta evidentemente ‘caseteado’ y por eso voy a pedir que sea inmediatamente detenido por falso testimonio». 

Dentro de los chats que se leyeron, Decataldo incluso le hizo bromas de pésimo gusto a la denunciante con la desaparición y muerte de Paulina Lebbos, lo que hizo enojar aun más al fiscal y a la querella. El defensor Augusto Garrido aseguró que había que reprochar la actitud de Decataldo, pero que no consideraba que estuviera mintiendo sino, justamente, diciendo la verdad.

El juez Juan María Ramos Padilla le advirtió en varias oportunidades que debía decir la verdad ya que podía llegar a ser detenido. En ese momento Decataldo volvió a pedir disculpas.  

“La ciudadanía debe saber que no se puede venir a este tribunal a mentir. Deben tener respuestas de parte de la administración de Justicia. Debemos ser transparentes ante la sociedad y lo único veraz que dijo Decataldo aquí son sus chats. Es lo único real. Todo lo demás que dijo antes y que dice ahora es falaz”, afirmó Abraldes. 

Ramos Padilla, tal como había sucedido con el chofer David Cayata, decidió diferir la resolución para el pedido de detención para el final del juicio.  

LAGACETA.-

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