¿Por qué se brota la piel?
Hay muchas razones por las que la piel pica, duele, se inflama. Una de las afecciones más frecuentes es la dermatitis atópica. Siempre requiere un tratamiento multidisciplinario y controles para evitar brotes.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel, caracterizada por brotes frecuentes, picazón intensa, irritación, dolor, enrojecimiento, costras e infecciones. “Me gusta decir que es una condición de la piel, una característica, que la lleva a estar seca, a tener una tendencia a generar eczemas y a picar y que, luego, en individuos genéticamente predispuestos puede activar las vías inflamatorias que generan la perpetuación del cuadro. Estas condiciones son fundamentales a tener en cuenta a la hora del diagnóstico. Es una enfermedad muy frecuente; se estima que es la tercera enfermedad de prevalencia en la infancia y que su incidencia se triplicó en los últimos 30 años. Si bien no tenemos aún números locales, en términos generales sabemos que afecta del 15 al 30 por ciento de los niños y del 1 al 3 por ciento de los adultos”, explica la Dra. Paula Luna, médica especialista en Dermatología y Dermatología Infantil del Hospital Alemán, integrante de la Comisión Directiva de SOARPSO, MN. 110.953.
“Cursa con brotes y remisiones, esto significa que no siempre está igual o estable; está en la naturaleza de la dermatitis atópica el volver. No podemos curarla, pero tenemos la posibilidad de mejorarla y hacer muchas cosas para tenerla bajo control y que moleste lo menos posible”, agrega la Dra. Luna.
Es una enfermedad multifactorial en la que intervienen factores genéticos, ambientales, alteraciones inmunológicas y problemas en la función de la barrera de la piel. El trastorno de base es un proceso inflamatorio, el cual lo puede compartir con otras enfermedades, por lo que es muy frecuente que coexistan con la dermatitis atópica alergias alimentarias, rinitis y/o asma.
“La dermatitis atópica es una enfermedad que muchas veces tiene un perfil alérgico. En los primeros años de vida puede darse la aparición de la dermatitis atópica y luego ir desarrollando otras manifestaciones alérgicas como la alimentaria, la rinitis y/o el asma”, afirma Pablo Moreno, médico alergólogo y Presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC).
Además, destaca que “si el paciente con dermatitis presenta otras comorbilidades, otras enfermedades asociadas, no se deben descuidar. Si solo nos enfocamos en mejorar su dermatitis atópica, no vamos a conseguir mejorar su calidad de vida. Si un paciente presenta asma y no es tenida en cuenta, se va a ver afectada su función pulmonar. Lo mismo si presenta rinitis alérgica y no se trata: su calidad de vida se verá afectada. Se debe considerar que estos pacientes no solo tienen trastornos en la piel, sino que también presentan trastornos a nivel de su respiración, por ejemplo”.
Un diagnóstico correcto
El diagnóstico a tiempo de la dermatitis atópica es fundamental. “Se debe prestar atención a la aparición de los primeros síntomas, como la presencia de piel muy seca y que se irrita con facilidad o al desarrollo de eczemas, que son lesiones cutáneas rojas y escamo-costrosas, a veces húmedas, que se acompañan de mucha picazón y evolucionan en brotes; y acudir rápidamente a una consulta con el médico. Es fundamental el diagnóstico temprano, ya que permite el tratamiento apropiado e individualizado para cada paciente, así como identificar y tratar -de ser necesario- las comorbilidades asociadas a este cuadro”, asegura la Dra. Paula Boggio, Dermatóloga y Dermatóloga pediátrica, Presidente de la “Sociedad de Dermatología Pediátrica para Latinoamérica” y Médica Asociada de la sección Dermatología Infantil del Hospital Italiano de Buenos Aires. “Esta campaña tiene, entre otros objetivos, poder llegar a pacientes que de otra manera no tendrían acceso a la consulta médica especializada”.