Alan Velasco, cerca de un récord negativo en Boca

A pesar de su llegada con bombos y platillos, Alan Velasco, el segundo refuerzo más caro en la historia de Boca, aún no ha logrado convertir su primer gol con la camiseta azul y oro.

En enero el Xeneize sacudió el mercado de pases y concretó la llegada del mediocampista ofensivo, uno de los talentos más codiciados del fútbol argentino. Tras una larga novela de negociaciones, los de la Ribera lograron destrabar la situación con el FC Dallas y sumaron a sus filas al habilidoso atacante.

La cifra de la operación, 10 millones de dólares por el 90% del pase, no solo es un récord para la gestión Riquelme, sino que también se ubica en el podio de las compras más importantes en la historia de la institución, solo superada por el regreso del propio Román en 2007 por 14 millones.

Luego de sus primeros ocho meses en el club su sequía goleadora lo acerca peligrosamente a un récord poco deseado en la historia de Boca: el de más minutos sin convertir siendo un jugador ofensivo.

Aunque la comparación con otros futbolistas de la lista podría parecer injusta por la diferencia de épocas y contextos, la tabla resalta la presión que enfrenta el ex-Independiente. En un club como Boca, donde el gol es una exigencia constante, la falta de contribución en la red de un jugador de ataque no pasa desapercibida.

Con 1273 minutos acumulados a lo largo de 23 partidos, Velasco está a solo 32 minutos de igualar a Rubén Favret, puntero derecho de la década del 70, y a 363 minutos de Lautaro Acosta. El récord de la lista lo ostenta Aaron Molinas, con 2010 minutos sin goles.

La situación de Velasco no es una novedad, sus estadísticas en Boca han sido tema de debate. Si bien el jugador muestra cualidades técnicas y de juego, su deuda con el gol es un punto de atención que preocupa al cuerpo técnico y a los hinchas. La gran inversión realizada en su pase obliga a una rápida adaptación y a una mejor respuesta en el área rival.

El tiempo dirá si Velasco logra romper esta racha negativa y se aleja de una marca que no hace honor a su calidad ni a la expectativa generada por su millonario traspaso. Por ahora, cada minuto que pasa sin convertir lo acerca a un registro que nadie en Boca desearía ostentar.

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