Daniel Parisini y los posteos pidiendo represión mientras sesionaba el Senado

El Gordo Dan lo hizo de nuevo: mientras los senadores votaban a favor de jubilados y discapacitados contra la voluntad del gobierno de no concederles ningún derecho, posteó en las redes sociales el pedido expreso al presidente de que «saque los tanques a la calle». No es la primera vez que pide represión, sangre y muerte contra ciudadanos comunes. ¿Será una forma de revancha contra el bulling que sufrió en la adolescencia, en la que parece haber quedado anclado?

Esta semana que pasó, mientras los senadores votaban en la Cámara contra la motosierra de Javier Milei y sus recortes a jubilados y discapacitados, en las redes sociales el «Gordo Dan», sus pares y sus seguidores -muchos de ellos trolls pagos con erarios públicos- posteaban compulsivamente contra el uso de las elementales funciones democráticas del sistema de gobierno.

Estaban los que proponían dinamitar el Senado con los funcionarios dentro, como Franco Antunes; los que con IA simulaban explotar el edificio del Congreso -todo para deleite del presidente que siempre, de un modo u otro comparte esas ideas geniales- y el Gordo Dan que, así como alguna vez pidió que corra sangre y haya balas y muerte en una manifestación popular, ahora reclamaba que el presidente «saque los tanques a la calle».

Daniel Parisini le fascina la cuestión del orden a la fuerza, del control represivo, del uso de la violencia y las armas. Vaya a saber qué resortes se mueven en su inquieto espíritu para reclamar -siempre a otros- que se impongan a como sea en su representación. A la cuestión la disfraza de «humor», porque es experto en ese tipo de chistes que mean de risa a púberes llenos de granos en el patio de la escuela. Es más o menos de lo mismo que se ríen muchos de sus amigos cuando se juntan en el programa «La Misa», donde hasta la emprenden a patadas voladoras con muy poca destreza. Verlos es ver a un cúmulo de tipos excedidos de peso que pasaron los 35 que actúan como si tuvieran 12. Divertidísimo.

«Los tanques a la calle ya. Es ahora» conminaba ni bien había empezado la sesión que según él y el círculo aúlico de fanáticos mileístas decían que era parte de un golpe que pretendía dar la oposición. Y siguió con un «Los strikers por 9 de Julio ahora Javeto. El momento ha llegado». El tipo está convencido de que su poder es tal, como líder de la Agrupación «Las fuerzas del Cielo» y por ser uno de los favoritos del presidente, que así como alguna vez dió la orden de despedir a algún funcionario y eso se hizo -casualmente o no- efectivo, ahora los tanques podrían salir a la calle solo por una orden suya.

Un día después, volvió a la carga. Se mostró encima de una tanqueta militar en marcha, y disparando un arma larga en un ejercicio de tiro mientras, además, caminaba. Es claro que para muchos mascar chicle y subir una escalera requiere de una coordinación compleja, por lo que circular mientras se dispara, es claro viendo las imágenes, no es para cualquiera. De todos modos, el fin es «intimidar» y mostrar una especie de disposición a ir por todo en función de defender a un gobierno que consideran atacado por vaya a saber qué fuerzas terrenas y extraterrenas.

Como inmediatamente surgieron las críticas, e incluso en el mismo recinto la senadora Juliana Di Tullio expuso acerca del contenido violento y su incitación a la violencia de estos personajes, el recule vino inmediatamente. Pocas horas después la bravata pretendió disfrazarla de humorada mostrando unos tanques de agua en una calle.

Daniel Parisini también hizo circular por estas horas un viejo video en el que se lo ve sobre una tanqueta en un evento de la firma de armas Bersa, público y gratuito, que se desarrolló en Campo de Mayo en noviembre de 2024 y a donde también asistió la vicepresidenta Victoria Villarruel. 

También de ese día practicó tiro con un arma larga, se hizo filmar y lo mostró en redes por entonces y ahora. En el tanque lo acompaña una de las figuras de «La Misa», conocido como «El Ruso». 

«El Ruso» se llama Tomás Baczinsky Casella, y es su socio en «Carajo». El 19 de febrero de 2024, cuando el gobierno llevaba apenas dos meses, Daniel Parisini y según las planillas de ingreso a Casa Rosada, «autorizó» el ingreso de Baczinsky a las 14.12 horas, para que vaya a la secretaría de Comunicación que depende de Adorni. ¿Cuál era por entonces la autoridad del Gordo Dan dentro de la Rosada para semejante atribución con su amigo?

Daniel Parisini es médico pediatra y es posible que su vocación por la tierna infancia sea un legado familiar, su abuelo y su tía también ejercieron la medicina. De todos modos, el «Gordo Dan», como es popularmente conocido Parisini, hace años que no ejerce -ni siquiera parece estar colegiado- y dio un vuelco a su destino hospitalario cuando empezó a militar en La Libertad Avanza.

Fuentes cercanas al entramado original de ese movimiento político, de cuando apenas eran un puñado de personas que rodeaban a Javier Milei, cuentan que Parisini se acercó a la actividad con la clara intención de «hacer guita» y que siempre dijo que no militaría gratis. Mal no le fue: desde que empezó no trabajó de otra cosa que no sea ser parte del grupo aúlico que hoy dirige el gobierno, sin tener ningún puesto -al menos públicamente reconocido- en el Estado. Es el líder de la Agrupación «Las Fuerzas del Cielo», liderazgo compartido con el diputado provincial Agustín Romo y el secretario de culto y civilización Nahuel Sotelo. La organización, con una estética mussoliniana, marca y divulga flyers con el rostro de personas a las que señalan como enemigas, y que luego serán blanco de los miles de trolls de redes sociales. El mismo Parisini, en la presentación de la orga, dijo que serían el «brazo armado» del mileísmo.

Desde hace un año, es parte de la estudiantina del programa «La Misa», del Canal Carajo, donde tremendos muchachotes excedidos en carnes y que se hacen llamar «los gordos», se ríen compulsivamente de las mismas cosas que debieron reírse a los doce años en el patio del colegio: juegan en vivo a agarrarse a trompadas o dar patadas voladoras con bastante poca pericia, hablan de sexo como si lo practicaran o hacen alarde de su deseo de imponerse a la fuerza reclamando represión, como para compensar esas deudas pendientes que les quedaron de la pubertad cuando muchos de ellos fueron, claramente, blanco del bulling. La vida siempre da revancha. 

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