El Papa habló de amor fecundo y fiel, pero sólo en el marco del matrimonio entre hombre y mujer

En su primera misa del Jubileo, el nuevo pontífice reivindicó la unión «total, fiel y fecunda» entre varón y mujer. Citó a santos matrimonios y dejó afuera de su mensaje al colectivo LGBT. También pidió por familias afectadas por la guerra.

En una de sus primeras grandes celebraciones publicas desde que fue elegido como sucesor de Francisco, el papa León XIV dejó en claro que su mirada sobre la familia va por otro camino al de su antecesor. Este domingo, ante miles de fieles reunidos bajo un sol abrasador en la Plaza San Pedro, el nuevo pontífice defendió de forma enfática el modelo de «matrimonio santo» entre un hombre y una mujer, excluyendo toda mención a las uniones igualitarias.

«El matrimonio no es un ideal, sino el modelo del verdadero amor entre el hombre y la mujer: amor total, fiel y fecundo», sostuvo en su homilía el líder de la Iglesia Católica, citando la encíclica Humanae Vitae de 1968, escrita por Pablo VI. El mensaje fue claro y dejó entrever un giro hacia posturas más conservadoras en materia de familia, tomando distancia del enfoque aperturista que había tenido el Papa Francisco, especialmente con respecto a los vínculos diversos y a la inclusión del colectivo LGBT+.

La ocasión fue la Santa Misa del Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos, una celebración masiva que marcó el inicio del calendario jubilar de León XIV. Durante la liturgia, el nuevo papa hizo foco en la necesidad de recuperar los valores de las familias tradicionales para enfrentar los desafíos actuales. «Todos vivimos gracias a una relación, un vínculo libre y liberador de humanidad y cuidado mutuo», dijo desde el altar, apuntando a la familia como cimiento espiritual y cultural de los pueblos.

El tono de la homilía fue más pastoral que político, pero no por eso menos firme. «Del seno de las familias nace el futuro de los pueblos», sentenció, y llamó a reforzar los lazos entre generaciones, evocando el papel de los abuelos como «modelos de fe e inspiración». La referencia a niños y ancianos fue recurrente, en un intento por construir una narrativa de unidad familiar clásica, mientras evitó deliberadamente entrar en temas que podrían abrir el debate sobre las nuevas configuraciones familiares.

En su repaso por historias ejemplares, León XIV mencionó a Luis y Celia Martin, los padres de santa Teresa del Niño Jesús, beatificados en 2008, y a la familia Ulma, asesinada durante la ocupación nazi por proteger judíos. Al hacerlo, presentó modelos de santidad conyugal que encarnan el sacrificio, la fe y el compromiso en el marco del matrimonio heterosexual. «La Iglesia nos dice que el mundo de hoy necesita la alianza conyugal para conocer y acoger el amor de Dios», remarcó.

Luego de la misa, el papa saludó desde su papamóvil a los peregrinos, bendijo a decenas de niños y finalizó el acto con el rezo del Regina Caeli. A pesar del calor sofocante, la movilización de familias enteras que acudieron desde distintos rincones del mundo fue vista como un respaldo a esta nueva etapa papal. León XIV devolvió ese gesto con palabras emotivas: «Los chicos reviven la esperanza y los abuelos la sostienen», dijo mientras saludaba a las familias presentes.

Antes de cerrar, León XIV pidió por los hogares golpeados por conflictos bélicos en distintas partes del mundo. «Recemos por las familias con dificultades, como las que sufren a causa de la guerra en Oriente Medio, Ucrania y en muchas otras partes», clamó, en uno de los momentos más conmovedores de la jornada. También encomendó la paz a la intercesión de la Virgen, para que «nos ayude a caminar juntos por el camino de la paz».

FUENTE: DATACLAVE

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