Cuatro títulos y 59 triunfos: radiografía de los dos ciclos anteriores de Miguel Ángel Russo en Boca
El experimentado estratega dejó su huella en La Bombonera con la conquista de la Copa Libertadores del 2007. El detalle de sus dos etapas previas en el Xeneize
En el mundo Boca creen que Miguel Ángel Russo es el entrenador ideal para afrontar el máximo objetivo del año: el Mundial de Clubes. De gran campaña en San Lorenzo, el experimentado estratega reúne las condiciones ideales para afrontar un desafío, que luego deberá continuar con la depuración de un plantel para darle continuidad a la segunda parte del año.
Aunque pareciera llamativo que esta misma dirigencia que le pidió que diera un paso al costado hace cuatro años, ahora presione para incorporar al DT que cuenta con la sabiduría, el carácter y la jerarquía para ponerse el buzo del Xeneize.
Tras su debut en Lanús, el Palomo gestó una trayectoria notable donde dejó su huella en Estudiantes, Universidad de Chile, Rosario Central, Salamanca, Colón de Santa Fe, Los Andes, Morelia, Rosario Central y Vélez antes de adquirir su primera experiencia enBrandsen 805.
En 2006 llegó a La Bombonera para reemplazar a Ricardo La Volpe y al año siguiente conquistó la Copa Libertadores, con un Juan Román Riquelme como bandera y referente del equipo. Fue la última gran conquista del Xeneize y desde entonces el máximo torneo de América le fue esquivo a los colores azul y oro. Tras su partida en 2007, Miguel se fue con un saldo de 56 compromisos dirigidos, en los que ganó 30, empató en 12 ocasiones y cayó en 14.
A viceversa de lo que pueda suceder en las próximas horas, Russo continuó su carrera en San Lorenzo (recientemente presentó su renuncia) para luego volver al Gigante de Arroyito, al José Amalfitani y al Pincha, con un breve paso por Racing.
Su incursión por el extranjero se basó en equipos grandes de la región como Millonarios de Bogotá, Alianza Lima y Cerro Porteño. Y cuando concluyó su proyecto en Paraguay retornó a Boca, donde afrontó su segundo ciclo.
Corría el 2019 y el Consejo de Fútbol apelaba al aura de Miguel para ir en busca de La Séptima. Sin embargo, el legendario estratega dirigió 64 encuentros, con 29 triunfos, 23 igualdades y 12 caídas; y las tres conquistas nacionales (Copa Argentina, Liga Profesional y Copa de la Liga) no fueron suficientes para continuar con el proceso y tuvo una salida desprolija e inmerecida.
Una muestra de ello quedó al descubierto con su despido. En esa época, el presidente Jorge Amor Ameal buscaba la manera de comunicarse con el director técnico para invitarlo a cenar (el miércoles 18 de agosto de 2021) y así hablar sobre el futuro, pero el Patrón Bermúdez llamaba a Russo dos días antes, cerca de las 18, para echarlo.
—Miguel mirá… Aquí Román y todos nosotros creemos que lo mejor sería que renunciaras ya de una vez– dijo el Patrón.
—Escuchame Bermúdez, esto no se habla por teléfono, esto se habla personalmente-, respondió el DT.
—Bueno Miguel, más tarde te va a llamar Román, sabes, decíselo a él– replicó Bermúdez.
Efectivamente, a las 21.45 de ese mismo día, Riquelme le pidió la renuncia y Russo insistió:
—Yo tengo citada a la gente mañana a las 9; voy a ir a las 9 a Ezeiza y ahí hablaremos personalmente-concluyó Miguel.
Unas horas antes de este retruécano entre Riquelme y Russo, muchos periodistas bien informados anunciaban la salida de Miguel y la llegada de Battaglia como nuevo DT de Boca. Fue por esa vía que se enteraron el presidente de la institución y todos los miembros de la Comisión Directiva.
Actualmente, mientras una inmensa mayoría da por hecho el arribo de Russo para que asuma su tercer ciclo, los más memoriosos se permiten dudar de significativa sentencia. En total, el entrenador estuvo al frente en 120 partidos, con 59 victorias, 35 empates y 26 derrotas. Y su máxima conquista fue la recordada Copa Libertadores, la última que pudo gozar el Xeneize.
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