Macri pone condiciones para el pacto con Milei en provincia y busca marcarle la cancha a su hermana

Tras la foto de Karina Milei con Ritondo, el ex presidente se reunió con el diputado en el búnker del PRO y dejó en claro que no habrá acuerdo electoral sin su aval. Exige bajar la agresividad contra Jorge Macri, discutir las listas y que haya un cara a cara con Javier Milei.

La foto entre Karina Milei, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Guillermo Montenegro, Sebastián Pareja y Lule Menem en el marco de las negociaciones electorales en la provincia de Buenos Aires generó ruido en el universo amarillo. No tanto por la imagen en sí, sino por lo que representa, un avance por afuera del radar de Mauricio Macri, que no tardó en responder. Horas después, el ex mandatario se reunió con Ritondo en el búnker del PRO en San Telmo y mandó un mensaje directo a la Casa Rosada: “Conmigo todavía hay que hablar”.

El encargado de dar a conocer la postal que buscó desactivar la anterior fue Pablo Petrecca, intendente de Junín y dirigente de confianza de Macri, quien publicó en redes una imagen junto a Jorge Macri y el propio Ritondo, en las oficinas que el fundador del PRO tiene en el quinto piso del edificio partidario. No fue una casualidad. Fue una respuesta pensada y medida, como para decir que todavía hay dueño del club.

La secuencia se dio en un clima de creciente incomodidad en el PRO por lo que algunos llaman “la estrategia de captura” del oficialismo. En menos de cinco meses, La Libertad Avanza se llevó nombres con peso propio del mundo amarillo, desde Patricia Bullrich hasta Federico Sturzenegger, pasando por Luis “Toto” Caputo y Luis Petri. Sin pedir permiso, sin negociar. Macri quiere ponerle un freno a esa fuga silenciosa que, según su entorno, «desvanece la identidad del PRO».

En ese contexto, el líder opositor planteó tres condiciones concretas para avanzar con un entendimiento en la provincia de Buenos Aires. La primera, quizás la más urgente, es que baje el tono de la campaña libertaria contra la administración porteña. “La campaña sucia no va. Si no respetan la gestión de Jorge, no hay forma de acordar en Provincia”, repiten en Uspallata. La bronca se activó especialmente después de los comentarios del vocero presidencial Manuel Adorni, quien afirmó que el PRO estaba en vías de disolución y que sus últimos candidatos “ya no pertenecen más” al partido.

La segunda exigencia apunta a la construcción de listas: Macri quiere que cada municipio sea revisado caso por caso. “No se puede cerrar todo en una oficina en Casa Rosada. Hay 135 realidades distintas que hay que respetar”, aseguran desde el entorno del ex presidente. El antecedente de los cierres de listas en provincias como Chaco, Santa Fe, Jujuy y la Ciudad de Buenos Aires, donde el PRO sintió que Karina Milei le bajó el pulgar a todos los suyos, todavía arde. “En Santa Fe nos fue pésimo, y encima con los libertarios ni pudimos sentarnos”, soltó un armador del PRO con intenciones de teñirse de violeta, pero con más bronca que entusiasmo.

La tercera condición, y la más delicada, es que el pacto electoral no puede ser entre segundas líneas. “Si se quiere un acuerdo serio en Provincia, tienen que sentarse Mauricio y Javier. Ni Ritondo ni Karina alcanzan”, fue la frase que dejó Macri tras la reunión. Aunque el ex mandatario admitió que hubo un par de intercambios con Milei desde las PASO del año pasado, lo cierto es que no se ven las caras desde entonces. Entre medio pasaron votaciones en el Congreso, cruces por la Hidrovía y el tironeo por la elección en CABA.

El tiempo apremia: el 14 de mayo vence el plazo para inscribir alianzas electorales en territorio bonaerense. Ese día se sabrá si el PRO y La Libertad Avanza logran unificar un frente común o si se encaminan a una interna encubierta. Cuatro días después, el 18 de mayo, se enfrentarán en la Ciudad de Buenos Aires las listas bendecidas por Karina Milei y Mauricio Macri. Y el 24 de mayo cierra el cronograma de inscripción de listas. Todo eso ocurre, además, mientras el panperonismo intenta ordenarse entre internas propias, sin lograr todavía una síntesis entre Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa.

El panorama en Buenos Aires, que suele funcionar como antesala del resultado nacional, aparece más trabado que nunca. La rosca sigue, pero Macri ya dejó algo claro: no hay acuerdo sin él. Y ahora, le toca mover al otro.

(DATACLAVE)

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