«La casa de mi familia quedó bajo la custodia del Ejército»

La periodista tucumana, Marta Rondoletto, habló en LV12 sobre el asesinato de su familia el 2 de noviembre de 1976, en manos de la dictadura cívico militar.

En el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, LV12 Radio Independencia se contactó con Marta Rondoletto, una periodista tucumana y militante por los derechos humanos.

El 2 de noviembre de 1976 su padre, su madre, hermana, hermano y cuñada, fueron secuestrados, desaparecidos y asesinados por la dictadura cívico militar, por esto, Rondoletto es querellante en la megacausa Arsenales II-Jefatura II (desde 1984).

«En esa época yo estaba casada, creo que tenía 27 años y acababa de tener mi primera hija, así que fueron momentos mu duros, muy angustiantes por todo lo que eso implica y por supuesto, con mucho miedo porque para esa fecha tenemos que darnos cuenta que Tucumán venía de una situación de represión desde un año antes con el Operativo Independencia, así que sabíamos muy bien lo que pasaba. En realidad, en ese año la represión se centró en Tucumán», relató.

Siguiendo esta línea, contó qué familiares fueron secuestrados: «Mi hermano Jorge, mi hermana Silvia y mi cuñada Azucena Bermejo, que estaba embarazada. Lo que también hay que destacar es que ese mismo día fueron secuestradas otras personas como Eduardito Ramos, que era compañero de trabajo, tanto mío como de mi marido en Canal 10″.

Y continuó: «A lo que me refiero es que éramos todas personas absolutamente públicas, tanto mis hermanos como yo y mis compañeros del canal militábamos en el gremio, no había nada que fuera oculto, pero entremos en la lógica de sospecha y de alguna manera hacían prevención por las dudas alguno tuviera otras ideas».

«Tanto los resultados de las desapariciones durante el operativo Independencia e incluso en el mismo período de la dictadura, el número de trabajadores habla perfectamente de a dónde apuntaba la represión y no querían que nadie protestará, ni reclamara por sus derechos y crearon el enemigo subversivo para justificar defender los intereses de las patronales», añadió.

En este sentido, la única sobreviviente del clan familiar reveló cómo se enteró de lo sucedido: «Eso es lo más increíble porque después que nos despiden de Canal 10 y fueron a nuestra casa a allanarnos y a buscarnos, que eso ocurrió en mayo, nosotros no pudimos hacer mucho más y los compañeros de prensa empezaron a sugerir que nos fuéramos de la provincia porque era terrible lo que estaba pasando y entonces, nos fuimos a Buenos Aires».

«La casa de mi familia quedó bajo la custodia del Ejército y mi suegra que vivía en Yerba Buena también. Mi papá y mi mamá no tenían nada que ver, llevárselos a ellos solo habla de la necesidad de reprimir, producir dolor y controlar por el miedo a la gente«, agregó.

En relación a los restos de sus familiares indicó lo siguiente: «Todos fueron identificados, nosotros sabemos que ellos estuvieron en el Arsenal Miguel de Azcuénaga, salvo mi hermana que estuvo en Jefatura y en la Brigada, nadie la reconoció en el Pozo de Vargas, pero si tenemos testimonios de gente que luego fue liberada que vieron a mi mamá, a mi papá, a mi hermano y a mi cuñada, pero todos fueron encontrados sus restos en el Pozo de Vargas«.

Para finalizar habló sobre la importancia de poder hacer justicia: «Si nosotros los sobrevivientes, los familiares, no salimos a pedir que se haga justicia, quién más lo va a hacer y además estamos convencidos de que todo el aparato de la justicia existe justamente para eso«.

(LV12)

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