Crece el número de tucumanos que buscan un segundo empleo

La desocupación juvenil y la informalidad laboral consolidaron su lugar como dos de los principales flagelos del mercado de trabajo tucumano, de acuerdo con el último informe difundido por la Dirección de Estadística de la provincia. 

Aunque el nivel general de desempleo en el Gran Tucumán-Tafí Viejo cerró en un 5,7% durante 2024, lo que parece un dato controlado oculta una situación mucho más crítica para los jóvenes de hasta 29 años: en ese grupo etario, la tasa de desocupación se duplicó, superando el 11%.
La situación en Tucumán refleja una tendencia nacional advertida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y profundizada por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), que alertó sobre la persistente desigualdad en el acceso al empleo entre jóvenes y adultos. 
Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), en el último trimestre del año pasado el desempleo juvenil a nivel país alcanzó el 13,1%, mientras que para los adultos fue de apenas 4,5%.
Pero conseguir trabajo no es el único desafío: mantenerlo bajo condiciones formales es, en muchos casos, una quimera. En Tucumán, más de la mitad de los asalariados (51,4%) están en negro, lo que equivale a 149.000 personas sin cobertura social ni aportes previsionales. 
Se trata del segundo grupo laboral más numeroso de la provincia, sólo superado por los 170.700 trabajadores del sector privado registrado, y por encima incluso del empleo público, que ronda los 120.000 puestos, incluyendo comunas y municipios.
El informe destaca que el fenómeno de la informalidad se agrava cíclicamente entre octubre y diciembre, cuando finaliza la zafra cañera pero aumenta la demanda en el comercio. Tucumán travel guides
Aunque en 2023 el trabajo no registrado había alcanzado un pico mayor (51,8%), la persistencia del fenómeno en 2024 revela un problema estructural.
Otro dato que preocupa es el número de trabajadores que, pese a estar ocupados, deben salir a buscar un segundo empleo para cubrir sus necesidades básicas. 
Según el relevamiento oficial, un tercio de los ocupados de Tucumán—unos 129.000 trabajadores—están en esa situación, lo que representa un incremento de 7.000 personas respecto al año anterior. Esta presión sobre el mercado responde al deterioro del poder adquisitivo, en un contexto de alta inflación y salarios que no alcanzan.
Para Idesa, parte de este círculo vicioso se origina en la falta de políticas públicas orientadas a la inserción laboral de los jóvenes. Señalan que la ausencia de una educación vocacional estructurada que los prepare para el mundo del trabajo es una de las principales causas. 
Proponen cambios profundos: desde flexibilizar los convenios colectivos para que las PyME puedan negociar condiciones según su capacidad, hasta la implementación de un mínimo no imponible para las contribuciones patronales, lo que incentivaría la formalización.
Las redes sociales y las plataformas digitales se han convertido en uno de los principales medios por los cuales los jóvenes  tucumanos intentan insertarse en el mercado laboral. Sin embargo, la precariedad de muchas de esas oportunidades es evidente: bajos salarios, contratos informales y rotación permanente son moneda corriente.

Frente a este escenario, los datos revelan una profunda desconexión entre el sistema educativo, el aparato productivo y la realidad socioeconómica de la provincia. Mientras se espera por reformas estructurales que mejoren las condiciones del mercado de trabajo, miles de jóvenes tucumanos siguen atrapados entre la esperanza de un empleo digno y la urgencia de sobrevivir

FUENTE CONTEXTO

Comentarios (by Facebook)