Confirmado: el embarazo cambia el cerebro y deja huellas permanentes que preparan para la maternidad

Un estudio reciente revela cómo el cerebro de las mujeres experimenta una transformación profunda durante el embarazo, cambios que perduran años después del parto

El embarazo es conocido por los múltiples cambios fisiológicos que produce en el cuerpo de una mujer, desde el aumento de peso hasta las alteraciones hormonales. Sin embargo, lo que pocas veces se menciona es cómo esta etapa también remodela el cerebro de las futuras madres. Un estudio reciente publicado en Nature Neuroscience arroja luz sobre este fenómeno, revelando que la neuroplasticidad durante el embarazo puede ser más profunda de lo que se creía hasta ahora.

El cerebro durante la gestación: más allá de lo físico

El embarazo es un periodo de intensas transformaciones físicas, pero también es un momento en el que el cerebro de la mujer experimenta cambios significativos. Desde la concepción hasta el posparto, el cerebro de las mujeres se reorganiza y remodela para adaptarse a las demandas de la maternidad. Este proceso, conocido como neuroplasticidad, no solo es importante para el comportamiento maternal, sino que también puede influir en la salud mental y el bienestar emocional de la madre.

Un reciente estudio realizado por un equipo de científicos de la Universidad de California, liderado por Laura Pritschet y Emily G. Jacobs, ha utilizado técnicas de imágenes cerebrales de alta precisión para observar los cambios neuroanatómicos que ocurren durante el embarazo. 

El equipo llevó a cabo 26 escaneos cerebrales de una mujer de 38 años, desde tres semanas antes de la concepción hasta dos años después del parto. Los resultados revelaron una serie de cambios sorprendentes en la estructura del cerebro, algunos de los cuales persisten incluso años después del nacimiento.

Reducción de la materia gris y remodelación cortical

Uno de los hallazgos más destacados de este estudio es la disminución en el volumen de la materia gris en varias áreas del cerebro durante el embarazo. La materia gris está involucrada en funciones cruciales como el procesamiento de la información y la toma de decisiones, y su reducción durante la gestación sugiere que el cerebro está experimentando una reorganización significativa. Los investigadores también observaron una disminución en el grosor cortical, lo que indica una remodelación estructural de la corteza cerebral.

Es importante destacar que estas reducciones no son indicativas de una pérdida de capacidad cognitiva. Por el contrario, se cree que representan una forma de «afinación» del cerebro para prepararse para los desafíos de la maternidad. Esta idea está respaldada por investigaciones previas que han demostrado que los cambios en la materia gris persisten durante años después del embarazo y están relacionados con el comportamiento maternal y el vínculo emocional con el bebé.

Aumento en la integridad de la materia blanca

Si bien el volumen de la materia gris disminuye, la integridad de la materia blanca aumenta durante el embarazo. La materia blanca es responsable de la transmisión de señales entre diferentes áreas del cerebro, y un aumento en su integridad sugiere que las conexiones cerebrales se vuelven más eficientes. Este aumento se ha observado particularmente en tramos como el fascículo longitudinal inferior y el fascículo fronto-occipital inferior, que están relacionados con la comunicación entre las áreas emocionales y sensoriales del cerebro.

Esto puede ayudar a explicar por qué las madres suelen desarrollar una mayor sensibilidad a las señales de sus hijos, como el llanto o las expresiones faciales, lo que les permite responder de manera más efectiva a las necesidades del recién nacido.

La influencia de las hormonas

Los cambios neuroanatómicos observados en este estudio están estrechamente relacionados con las fluctuaciones hormonales que ocurren durante el embarazo. Los niveles de estrógeno y progesterona, dos hormonas clave en la regulación del ciclo reproductivo, aumentan de manera dramática durante la gestación. 

Estas hormonas no solo preparan el cuerpo para el desarrollo del feto, sino que también actúan como neuromoduladores, promoviendo la plasticidad en áreas del cerebro que son fundamentales para el comportamiento maternal.

Las investigaciones en modelos animales han demostrado que el aumento en los niveles de estrógeno y progesterona puede estimular el crecimiento de nuevas neuronas y sinapsis, así como la proliferación de células gliales, que son esenciales para el soporte y la protección de las neuronas. 

Estos cambios también se producen en el cerebro humano, lo que sugiere que las hormonas desempeñan un papel crucial en la reorganización del cerebro durante el embarazo.

La permanencia de los cambios cerebrales

Uno de los aspectos más interesantes del estudio es que muchos de los cambios observados en el cerebro de la madre persisten durante años después del parto. Aunque algunas alteraciones, como el aumento en la integridad de la materia blanca, parecen ser transitorias, otras, como la reducción en el volumen de la materia gris, permanecen estables incluso dos años después del nacimiento del bebé.

Esto plantea preguntas importantes sobre el impacto a largo plazo del embarazo en el cerebro y cómo estos cambios pueden influir en el comportamiento y la salud mental de la madre. 

Estudios anteriores han sugerido que las madres que experimentan una mayor reducción en la materia gris en áreas como la corteza prefrontal y el hipocampo tienden a desarrollar un mayor apego emocional a sus hijos, lo que sugiere que estas transformaciones pueden ser adaptativas.

Implicaciones para la salud mental

El embarazo es una etapa de vulnerabilidad emocional y psicológica para muchas mujeres. La depresión posparto, que afecta a una de cada cinco madres, puede estar relacionada con los cambios cerebrales que ocurren durante la gestación. 

Si bien este estudio no aborda directamente la relación entre los cambios neuroanatómicos y los trastornos de salud mental, los autores sugieren que una mayor comprensión de cómo el cerebro se adapta durante el embarazo podría ofrecer pistas valiosas para prevenir y tratar afecciones como la depresión y la ansiedad en las madres.

Además, la plasticidad cerebral observada durante el embarazo podría tener implicaciones más amplias para la salud cerebral a lo largo de la vida. Investigaciones recientes han sugerido que las madres tienden a tener una mejor salud cerebral en la vejez, lo que podría estar relacionado con las adaptaciones neuroplásticas que se producen durante la maternidad.

Como señalan los propios autores, este trabajo es un primer paso hacia la comprensión de los complejos cambios que ocurren en el cerebro durante el embarazo. Sin embargo, destacan que es necesario realizar más investigaciones para generalizar estos hallazgos a una población más amplia. La creación de mapas cerebrales de gestación basados en estudios longitudinales con grandes cohortes de mujeres podría proporcionar una visión más detallada de cómo el cerebro femenino se transforma durante esta etapa.

Asimismo, la integración de datos sobre factores externos, como el sueño, el estrés y la alimentación, podría ofrecer una imagen más completa de las variables que influyen en los cambios neuroanatómicos durante el embarazo.

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