Qué dicen realmente las arrugas sobre nuestra piel

El rostro humano muestra los signos más visibles del envejecimiento, desde las líneas de expresión hasta las patas de gallo.

Las señales del envejecimiento se van viendo a medida que pasan los años y, si bien el tiempo puede sentirse más en el cuerpo, en la cara también vamos notando cambios cuando vemos que la firmeza va desapareciendo y comienzan a aparecer algunas líneas de expresión como las arrugas.

Al ser el área más expuesta de la piel humana, la cara es propensa a arrugarse y existe una serie de cambios intrínsecos que hace que la piel se vuelva más delgada, más débil y menos elástica, mientras que los músculos, huesos y grasas de soporte disminuyen. En primer lugar, está el envejecimiento extrínseco debido al daño solar, el tabaquismo, la mala alimentación y la contaminación que aceleran el deterioro del tejido.

Luego está el impacto de las exigencias físicas: cuando levantamos las cejas, sonreímos y fruncimos el ceño, las expresiones producen líneas en nuestro rostro. Cuando somos jóvenes, estas líneas desaparecen cuando nuestro rostro vuelve a descansar, pero a medida que la piel envejece, esas líneas se vuelven permanentes.

Cuándo aparecen las arrugas

Las primeras líneas finas pueden aparecer en la cara a los 20 años y, a menudo, se trata de las líneas horizontales que cruzan la frente cuando levantamos las cejas. Cuando llegamos a los 30, tienden a aparecer más líneas, como las patas de gallo alrededor de los ojos, no solo por sonreír y reír, sino también por el daño solar y entrecerrar los ojos ante la luz del sol. “Si les pides a tus amigos que frunzan el ceño, a algunas personas les aparecerá una sola línea en el medio de la frente y a otras les aparecerá una línea doble, porque la anatomía de cada persona es ligeramente diferente”, señaló la profesora Rachel Watson, directora ejecutiva del Instituto de Investigación de la Piel de Singapur.

A los 40 y 50 años, aparecen aún más líneas debajo de los ojos y alrededor de la boca, que se vuelven más visibles a medida que se profundizan, mientras que a partir de los 60, pueden aparecer arrugas en todo el rostro y las más prominentes tienen más de 2 mm de profundidad. Las arrugas no surgen sólo de las expresiones tensas, porque, si dormimos de costado o boca abajo y terminamos en la misma posición todas las noches, la presión en la cara puede provocar más líneas, por lo cual se aconseja dormir boca arriba.

El tabaquismo, uno de los factores que producen arrugas. (Foto: Adobe Stock)
El tabaquismo, uno de los factores que producen arrugas. (Foto: Adobe Stock)

Además de las arrugas del uso físico, hay arrugas que reflejan el patrón muy fino que es visible en la piel desde la juventud. La piel tiene un microrrelieve natural y, a medida que el tejido pierde grosor y elasticidad con la edad, el patrón se vuelve más prominente. “Se acentúa con el envejecimiento”, afirma Michael Sherratt, profesor de bioquímica de la Universidad de Manchester, quien añadió que se obtiene un aumento en la profundidad de las líneas que se pueden ver en la piel joven y sana”.

Comprender la anatomía de una arruga no es un trabajo sencillo. Si examinamos un trozo de piel arrugada bajo un microscopio, veremos poco que lo distinga de la piel no arrugada porque, una vez eliminada de los tejidos y de las tensiones que la rodean, la arruga simplemente desaparece. Pero detrás de estos patrones hay cambios biológicos. Con la edad, disminuye el suministro de células frescas a la epidermis, lo que hace que la capa superior de la piel se vuelva más delgada. En la dermis subyacente, los cambios en el colágeno, la elastina y sustancias como el ácido hialurónico reducen la fuerza, la elasticidad y la capacidad de la piel para retener la humedad. Mientras tanto, la unión entre las dos capas se debilita, haciendo que la epidermis sea aún más frágil.

Qué dicen los científicos de las arrugas

Si bien las arrugas son un sello distintivo del proceso de envejecimiento, algunos científicos sospechan que también podrían provocar el envejecimiento de todo el cuerpo. La teoría surge del hallazgo de que la piel envejecida contiene más células muertas que son más que un desorden biológico: liberan sustancias químicas que alimentan la inflamación que está relacionada con una serie de afecciones, desde presión arterial alta y diabetes hasta el endurecimiento de las arterias y el cáncer.

La mayoría de las arrugas se forma en áreas expuestas de la piel: la cara, el cuello, las manos y los brazos, porque los rayos ultravioleta de la luz solar aceleran la degradación de las proteínas de la piel e impulsan su envejecimiento prematuro. Fumar también impulsa el proceso de envejecimiento, reduciendo el colágeno. Los estudios sobre gemelos muestran marcadas diferencias en las arrugas faciales cuando un gemelo fuma y el otro no.

Gran parte del daño se atribuye a los compuestos tóxicos que se encuentran en el humo del tabaco, siendo las arrugas de la piel un signo visible de daño infligido a tejidos similares, como los vasos sanguíneos, en todo el cuerpo. No es la única forma en que fumar provoca arrugas, ya que, el acto físico de chupar un cigarrillo crea arrugas en la piel y los fumadores a menudo desarrollan líneas alrededor de la boca, incluidas líneas verticales reveladoras sobre el labio superior.

“Cuando pensamos en el envejecimiento facial, no se trata sólo de la piel, hay cambios en la grasa subcutánea, la musculatura y los huesos. La piel del exterior sigue ahí, pero los elementos que la mantienen rígida también están envejeciendo”, dijo Watson.

TN

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