Claves para prevenir el cáncer de cuello de útero
El cáncer cervicouterino es una enfermedad prevenible y curable si se detecta de forma temprana y se maneja de forma efectiva.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó una estrategia mundial para acelerar la eliminación del cáncer de cuello uterino como problema de salud pública. El Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus expresó: “Mediante intervenciones costoeficaces y basadas en pruebas científicas, en particular la vacunación de las niñas contra el virus del papiloma humano, la detección y el tratamiento de lesiones precancerosas y la mejora del acceso al diagnóstico y el tratamiento de cánceres invasivos, podemos eliminar el cáncer del cuello uterino como problema de salud pública y lograr que se convierta en una enfermedad del pasado.”
Las estrategias contra el cáncer de útero
Se centra en tres pilares principales:
– Prevención primaria: Vacunación contra el HPV.
– Prevención secundaria: Detección y tratamiento de lesiones precancerosas.
– Tratamiento del cáncer de cuello uterino invasivo.
Según explica la Dra. Sonia Luján Castillo, bióloga molecular del Laboratorio Rossi: «El cáncer de cuello de útero es el tercer tipo de tumor más diagnosticado en mujeres de Argentina, anualmente más de 2.100 fallecen a causa de esta enfermedad, correspondiendo a la cuarta causa de muerte por cáncer en mujeres».
Diferentes estudios han comprobado una asociación de más del 99% entre la infección por el Virus Papiloma Humano (HPV) y el cáncer de cuello de útero.
Si bien la infección por HPV es muy común en mujeres sexualmente activas, afectando entre el 50-80% de las mujeres al menos una vez en su vida, en el 90% de los casos se trata de infecciones transitorias que, en el caso de producir lesiones, tienen una alta tasa de regresión espontánea, relacionada con la respuesta inmunitaria del huésped.
La Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC) ha agrupado a 13 tipos de HPV como carcinógenos, que son considerados de alto riesgo debido a su relación con el desarrollo del cáncer cervicouterino, no obstante, solamente alrededor del 10% tendrán una infección persistente que contribuya al desarrollo de la patología. Dentro de los HPV de alto riesgo, los tipos 16 y 18 son los responsables del 70% de esta enfermedad.
Desde la comunidad científica vemos la necesidad de fortalecer la comunicación sobre los avances en las estrategias de prevención secundaria disponibles dada la elevada incidencia y tasa de mortalidad, sumado a que el tamizaje cervicouterino ha demostrado disminuir significativamente la morbimortalidad asociada a esta patología.
«Es importante reforzar que el tamizaje no es un test diagnóstico de cáncer sino un método de prevención que consiste en detectar dentro de una población sin síntomas, lesiones precancerosas que si no se tratan pueden transformarse en cáncer», asegura la Dra. de la Fundación Rossi.
La detección de HPV mediante la realización del Papanicolau, examen citológico, se ha utilizado con éxito para la detección de alteraciones en las células del cuello del útero antes de que se desarrolle el cáncer. Sin embargo, en los últimos años se han desarrollado pruebas moleculares para la detección de HPV de alto riesgo que ofrecen máxima especificidad y tienen un sólido valor de predicción negativa, lo que significa que la mujer que da resultado negativo no necesita repetir la prueba anualmente, sino que se puede repetir a los 5 años. Dado su alto nivel de precisión, las guías de manejo y prevención del cáncer cervicouterino recomiendan el uso de los tests moleculares basados en la detección de HPV de alto riesgo y aprobados para uso diagnóstico como método primario de tamizaje.
«En el laboratorio de Biología Molecular disponemos de estas herramientas moleculares para evaluar la presencia de HPV, identificando los tipos 16 y 18 además de los 11 restantes de alto riesgo. Observamos positivamente un aumento de los testeos y la inserción de este estudio en la comunidad médica, unidos por el único objetivo de prevención y erradicación del cáncer de cuello de útero», concluye la Dra. Castillo.
Fuente: DOCSALUD