La celebración del Domingo de Resurrección y el paralelismo entre la Pascua cristiana y el Pésaj judío

La Pascua es la celebración central del cristianismo, en la que se conmemora la resurrección de Jesús y se renueva la promesa de vida eterna. A través de los relatos evangélicos, los rituales litúrgicos y las tradiciones familiares, esta festividad conecta elementos históricos, teológicos y culturales que reflejan su vínculo con el judaísmo y su vigencia en la vida de millones de creyentes en todo el mundo.

La Pascua cristiana, que celebra la Resurrección de Jesucristo, es la festividad central del cristianismo. La iglesia, a través de siglos de tradición, perpetuó en la memoria de ese acontecimiento trascendental que ocurrió hace más de dos mil años, cuando Cristo, tras su muerte en la cruz y según la fe de los cristianos resucitó de entre los muertos, derrotando así el pecado y la muerte, y abriendo la puerta a una nueva vida para la humanidad. Este día, conocido como Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua, es el ápice de la Semana Santa, que conmemora los últimos días de la vida de Jesús en la Tierra y se presenta no solo como un acontecimiento histórico de la Iglesia, sino como una experiencia de transformación espiritual y de esperanza renovada para todos los cristianos del mundo.

El relato de la Resurrección de Cristo se encuentra en los cuatro Evangelios, con algunas diferencias en los detalles, pero con una unidad indiscutible en el mensaje central: Cristo venció la muerte, y la vida ha triunfado. La resurrección de Jesús (NoliLa resurrección de Jesús (Noli me tangere) de Jerónimo Cósida, 1570

La celebración de la Pascua Cristiana comienza en la noche del Sábado Santo, con la solemne Liturgia del Sábado de Gloria. Es un acto litúrgico cargado de simbolismo, en el que la Iglesia Católica y las Iglesias orientales y muchas cristianas conmemoran la muerte de Jesús en la cruz y se prepara para celebrar su resurrección. La liturgia del sábado de Gloria es una vigilia de espera, una noche en que la comunidad cristiana se reúne para vivir el paso de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida.

Uno de los momentos más significativos de esta liturgia es la bendición del Fuego Nuevo y el Cirio Pascual. En la oscuridad de la iglesia, el sacerdote bendice un fuego nuevo, que simboliza la luz que surge de la Resurrección de Cristo. A partir de este fuego, se enciende el Cirio Pascual, una vela grande y decorada que representa a Cristo resucitado. Mientras se enciende, el sacerdote entona el “Exsultet” o Pregón Pascual, una antigua y solemne proclamación de la victoria de Cristo sobre la muerte. En este himno se recitan las palabras: “Exulten los cielos y la tierra, porque el Señor reina. ¡Cristo, nuestra luz, ha resucitado!” El Cirio Pascual es colocado en un lugar prominente dentro de la iglesia, y durante la misa, su luz se distribuye entre los fieles, representando la transmisión de la luz de Cristo resucitado. La liturgia del sábado de Gloria es mucho más que la celebración de la resurrección. Es también una reafirmación de la promesa de vida eterna que Cristo ofrece a todos aquellos que lo siguen.

Varias personas durante la eucaristía

El paralelismo entre la Pascua cristiana y el Pésaj judío

Vale la pena recordar que Jesús era judío y practicaba todos los rituales del judaísmo, y hay una relación directa entre la Pascua cristiana y el Pésaj judío es fundamental para entender el significado profundo de la resurrección de Cristo. Ambos eventos están conectados históricamente, ya que Jesús celebró la última cena con sus discípulos durante la festividad de la Pascua judía. En esa cena, conocida como la Última Cena, Jesús instituyó el sacramento de la Eucaristía, y no era otra cosa que un Seder de Pésaj (cena ritual), y el pan que tomó era Matzá (sin fermentar) y la copa, simboliza la “copa del profeta Elías” en cada Seder de Pésaj.La última cena es unLa última cena es un un Seder de Pésaj, y el pan que se come es Matzá

El Pésaj, que conmemora la liberación del pueblo judío de la esclavitud en Egipto, es una festividad que celebra la victoria sobre la muerte y la opresión. De manera similar, la Pascua Cristiana celebra la victoria de Cristo sobre la muerte, y en este sentido, el triunfo de la vida sobre la muerte y la esclavitud es el hilo conductor que une ambas celebraciones.

Al igual que el pueblo judío fue liberado de la esclavitud en Egipto, los cristianos creen que, a través de la resurrección de Cristo, la humanidad ha sido liberada de la esclavitud del pecado y la muerte. Este paralelo no es solo histórico, sino teológico. La Pascua Cristiana no solo es la celebración de un acontecimiento aislado, sino el cumplimiento de las promesas de Dios de redención y liberación para todos los pueblos.

Este año, de manera especial, las Pascuas cristianas (tanto el calendario Gregoriano como el Juliano) y el Pésaj judío se celebran en fechas cercanas, lo que resalta aún más la relación entre ambos eventos. La coincidencia de estas fechas ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la unidad de la humanidad en la búsqueda de libertad y vida. El Domingo de Resurrección, al igual que el Pésaj, es un recordatorio de que la vida, finalmente, vence sobre la muerte, y que la verdadera libertad solo se encuentra en Dios.

Los cristianos celebrarán esta festividad reuniéndose en familia junto con amigos y comerán “rosca y huevos de Pascua” Estos dulces son dos tradiciones emblemáticas que acompañan la celebración pascual. Ambas costumbres, aunque tienen raíces precristianas, han sido integradas y reinterpretadas a lo largo de los siglos dentro del contexto de la Pascua, simbolizando de diversas formas la resurrección de Jesucristo y la vida nueva que se da a partir de este día.La forma circular de laLa forma circular de la rosca de Pascua simboliza la eternidad de la vida de Cristo

La rosca de Pascua tradicional posee un decorado con frutas secas, azúcar y a veces glaseado. Su forma, generalmente circular, simboliza la eternidad de la vida de Cristo y el ciclo perpetuo de la resurrección. La rosca es, además, un alimento compartido entre familiares y amigos, lo que refuerza el sentido de comunidad y fraternidad propio de esta celebración. En muchas culturas, dentro de la rosca se suele esconder una pequeña figura, como una figurita de Jesús niño o un muñeco que representa al rey. Quien encuentra esta figura es tradicionalmente considerado el afortunado, y puede tener la responsabilidad de organizar la próxima celebración o fiesta.

El huevo de Pascua es otro símbolo clave de la festividad. Aunque su origen también se remonta a tradiciones precristianas, particularmente en las culturas paganas donde el huevo representaba la fertilidad y la renovación, el cristianismo adoptó este símbolo para representar la resurrección de Cristo. Así como un huevo contiene dentro de sí la promesa de una nueva vida, la resurrección de Jesús se interpreta como la promesa de la vida eterna. Los huevos de Pascua tradicionalmente se decoran con colores brillantes, que embellecen la festividad, y al mismo tiempo simbolizan la alegría y la esperanza renovada tras la resurrección. En muchos países, es común organizar búsquedas de huevos, un juego especialmente popular entre los niños.

(INFOBAE)

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