El abogado de Milei que trata de “imbéciles” a los discapacitados, maneja caja «barrani» en ANDIS
La Agencia Nacional de Discapacidad tiene acceso a fondos propios, que sus autoridades manejan con discrecionalidad. Desde el inicio de la gestión libertaria, los despidos de personal y los recortes y cierres de programas clave para uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, dejaron expuesto el absoluto desconocimiento en la materia de su director. La semana pasada, el documento en el que se considera a los discapacitados de manera insultante fue el corolario. Severas sospechas de manejos irregulares en la contratación de servicios para el organismo del Estado.
La semana que pasó el abogado Diego Spagnuolo, director de la Agencia Nacional de Discapacidad, ANDIS, fue noticia por la estigmatización en un documento público de las personas con discapacidades a las que discriminaba en “idiotas”, “imbéciles”y “débiles mentales”; términos que dejaron de usarse médicamente hace más de ochenta años y que en la actualidad son coloquialmente usados como insultos.
Nadie podría ignorar, además, que son los términos favoritos del mismo presidente -entre otros agravios- quien no vacila en llamar de ese modo a cualquiera que caiga en su mira y que sus fans, muchos de ellos trolls pagos por las arcas del Estado, replican en redes sociales (algunos impusieron como moda, además, usar el término “mogólico” como insulto).
Si bien al documento lo firmaba él, Spagnuolo dijo ignorar el contenido e inmediatamente despidió a funcionarios a los que acusó de responsables, en esa actitud tan acorde al método mileista de echarle la culpa a cualquiera de los errores propios, voluntarios o involuntarios.
Spagnuolo, de todos modos, llegó a ese puesto de casualidad, y podría haber sido cualquier otro en otros espacios donde hubiera caja disponible. Este abogado, que no tiene el conocimiento ni la experiencia mínima para estar al frente de un área tan sensible, habría llegado ahí como consecuencia de ser el representante legal del presidente, a quien habría rogado por un puesto.
Aquí contamos en más de una oportunidad que su segunda en la línea era Natalia Belén Basil, la esposa de Fernando Cerimedo, una bioquímica que tampoco tenía el menor conocimiento ni experiencia en discapacidad, pero que en un último girón de dignidad renunció hace algunos meses por diferencias con Spagnuolo quien, aparentemente y según algunas fuentes del organismo, pretendía que firmase algunas decisiones con las que ella no acordaba.
Pero veamos algunos contratos que firmó Spagnuolo y que no tienen relación directa con programas o asistencia a discapacitados sino con el funcionamiento mismo del organismo. En diciembre de 2024 se abrió la licitación para contratar una agencia de seguridad para ANDIS.

Se presentaron once empresas para proveer el servicio de seguridad y vigilancia. Casi todas son empresas reconocidas en el medio y con larga trayectoria. Sin embargo, todas fueron excluidas y se seleccionó la propuesta de GLOBAL PROTECTION SERVICE S.A que en noviembre, también, consiguió ser adjudicataria de la protección del Ente Nacional de Gas.
Los argumentos por los que dejaron fuera a las demás empresas serían, al decir de uno de los perjudicados, cuestiones absolutamente subsanables; sin embargo, como el pliego es tan grande y costoso y para apelar la decisión los empresarios tienen que pagar el 5% del canon, con la sospecha de que la contratación podría estar previamente arreglada, decidieron no arriesgar más capital por algo que posiblemente no conseguirían.
Algo similar sucedió con la licitación del Correo, donde aparentemente también habría influido Spagnuolo: quedaron fuera empresas sólidas como OCA y Andreani y le adjudicaron el usufructo a la empresa URBANO, que ni siquiera tiene capacidad para el envío de cartas documento. Oca y Andreani judicializaron el asunto y aparentemente les habrían adjudicado aquello que Urbano no cubre.
Sin embargo, lo más escandaloso en ANDIS quizá sea una compra sin licitación por 27 mil millones de pesos. En agosto de 2024 una denuncia que tenía que ir dirigida a Spagnuolo y terminó salpicando de rebote a Sandra Pettovello, tuvo que ver con que la Agencia de Discapacidad hizo compras por 27 mil millones a la droguería Suizo Argentina perteneciente a la familia Kovaliker, de amplia raigambre en el noroeste del país y de estrecha vinculación con Lule y Martín Menem.

La compra millonaria por contratación directa y esquivando todos los pasos legales que obligan a una licitación cuando el volumen es tan cuantioso. La medida habría sido decidida por Spagnuolo pero firmada por otro funcionario de segundo orden.
Según un abogado que sirvió como fuente al periodista Tomás Méndez, quien llevó adelante la investigación de este posible acto de corrupción, el mismo Diego Spagnuolo le habría dicho que Lule Menem primero, y luego Martín, le habrían sugerido avance con la compra millonaria. La Suizo Argentina comercializa, además, los suplementos Gentech de Martin Menem.
La pregunta es, entre otras, quién o quiénes y por qué sostienen a Spagnuolo en su puesto y con tanto poder. Y quizá la respuesta llegue sola: No solo es el abogado de Milei. También es amigo personal de Victoria Villarruel, y cuando no va a Olivos a visitar a uno, va a la casa de la hermana de Victoria, donde cena con la vicepresidenta por lo menos una vez por semana.
Sin embargo, este ir y venir no solo se granjeó el recelo de todos los que integran LLA, sino particularmente de Karina. ¿Se le terminarán los días felices y pasará por la guillotina por la cabeza del que cree que los discapacitados son idiotas e imbéciles?
Fuente: DATACLAVE.-