Abandono escolar, nuevos trabajos y recuperación post pandemia: los motivos ocultos de la informalidad laboral

La creciente informalidad de la economía argentina ha provocado que la precarización de la fuerza de trabajo sea ya un fenómeno estructural. Los especialistas creen que es posible superar esta situación a largo plazo, pero estiman necesario adecuar los sistemas educativos, entre otras cuestiones.


Cerca de la mitad de los ocupados en la Argentina se desempeña en puestos de trabajo precarios. Y la recuperación del empleo post pandemia está siendo traccionada por puestos laborales informales, según analistas, que advierten que el crecimiento de la economía informal tiene un fuerte impacto en el mercado del trabajo.

“La Argentina convive desde hace muchos años ya con una alta tasa de informalidad o empleo no registrado, que es una derivación directa de las altas tasas de economía informal que tiene el país”, consideró el director de Asuntos Públicos y Sostenibilidad de Randstad Argentina, Jorge Figueroa

El nivel de informalidad laboral, según el especialista, tiene una mayor incidencia en los pequeños empleadores, en general emprendimientos, comercios y micro-pymes, que por contar con una parte importante de su operación comercial en el canal informal, se ven en la necesidad de tener relaciones laborales también por fuera de la formalidad.

“A esto se le agrega un fenómeno que tiene que ver con una parte no menor del desempleo que tiene la Argentina, que si bien se ubica actualmente en una tasa relativamente baja, gran parte de esa población desempleada se encuentra bajo un desempleo estructural de larga data: se trata de personas que no pueden acceder al empleo formal porquerequieren de un desarrollo de habilidades para mejorar su empleabilidad y de una asistencia del Estadopara poder acceder a empleos de calidad”, señaló Figueroa, en declaraciones a TN. A su criterio, la alternativa que tienen hoy estas personas para volver a insertarse en el mercado laboral es acceder a trabajos informales y de baja calidad, donde abundan las changas.

Según las últimas estadísticas difundidas por el Indec sobre el mercado del trabajo, en el segundo trimestre de 2022, el 73,5% de la población ocupada son asalariados, de los cuales el 37,8% no cuenta con descuento jubilatorio. Por otra parte, 22,3% trabajan por cuenta propia, 3,6% son patrones y 0,5% son trabajadores familiares sin remuneración.

Entre la población asalariada, el 62,2% cuenta con descuento jubilatorio, casi un 2% menos que en el primer trimestre, por lo que el conjunto de personas asalariadas sin descuento jubilatorio aumentó de 35,9% a 37,8% en el mismo período.

En la comparación interanual, se observó un aumento de la proporción de quienes no cuentan con descuento jubilatorio, que pasó del 31,5% al 37,8%. Como contrapartida, la porción de personas asalariadas con descuento jubilatorio fue del 68,5% al 62,2%.


Los motivos detrás de la informalidad


Figueroa comentó que en la Argentina hay pleno empleo en la mayoría de los segmentos profesionales y técnicos. Y aseguró que en gran parte de las empresas entre medianas y grandes la informalidad “no es un problema, ya que, en general, tienen estándares de contratación muy altos”.

“Por eso, la mayor incidencia del desempleo está asociada tanto a la persistencia de la economía informal como a la necesidad de la intervención del Estado o de articulaciones público-privadas para desarrollar las habilidades necesarias en los casos de desempleo estructural de larga data y realizar un acompañamiento adecuado para que esa reinserción sea posible y duradera”, añadió.

En busca de una solución de fondo, Figueroa propuso adecuar los sistemas educativos, ya que a su entender, “también está incidiendo en la oportunidad de inserción laboral de los jóvenes en el empleo formal y decente la educación secundaria, donde se está dando una alta incidencia de abandono escolar”.

También dijo que otro factor que incide en la tasa de informalidad laboral es el crecimiento del trabajo de plataformas, que está generando un gran debate en todo el mundo por la necesidad de crear un sistema de protección social con un piso mínimo de derechos de seguridad social, con independencia del formato de contratación o el esquema de trabajo bajo el cual se encuentre la persona.

En ese sentido, explicó que los sistemas regulatorios y de registración laboral “están asociados principalmente al formato tradicional de contratación en relación de dependencia y hoy, por el avance de la tecnología y los cambios sociales -potenciados fuertemente por el paso de la pandemia-, estamos viendo más que nunca que existen múltiples y diversos formatos de contratación distintos al tradicional y que necesitan de un marco y de nuevos sistemas de protección social”.


La informalidad tracciona la recuperación del empleo


El 44% de los ocupados en Argentina se desempeña en puestos de trabajo precarios (el 26% son asalariados informales y el 18% son cuentapropistas precarios o de subsistencia), de acuerdo con un reciente informe del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM) un consorcio de cooperación conformado por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Hurlingham

Según ese trabajo, titulado “Informalidad y precariedad en Argentina”, la recuperación del empleo está siendo traccionada por puestos de trabajo informales y precarios.

“En el marco de la recuperación económica post pandemia el mercado laboral presenta un crecimiento de las tasas de actividad y empleo, que se explican principalmente por el crecimiento del trabajo por cuenta propia precario durante 2021, y por un importante aumento del trabajo asalariado informal durante 2022. Aunque se evidencia un crecimiento del trabajo formal, este se da de forma más lenta y paulatina”, puntualizó el CEM.

A la vez, detalló que entre los primeros trimestres de 2021 y 2022 la cantidad de trabajadores formales creció un 2%, mientras que la cantidad de asalariados informales creció el 18% (al pasar de 4,4 millones a 5,2 millones de ocupados).

Si bien la tasa de desocupación ronda en el 7%, el mayor problema que afecta a los trabajadores en la actualidad tiene que ver con la caída en los ingresos y sus bajos salarios: la espiral inflacionaria opera como un freno para la recuperación del ingreso, advirtió el informe. Y añadió que esta situación afecta principalmente a los trabajadores precarios, quienes al no estar cubiertos por la legislación laboral, y al no contar con cobertura sindical e instancias de negociación paritaria, no logran sostener sus niveles reales de ingresos.

Los segmentos más afectados por la precariedad laboral y bajos ingresos son las mujeres, los jóvenes de entre 18 y 24 años y los ocupados en las ramas de construcción, servicio doméstico, comercio y alojamiento y servicio de comidas.

“Las dificultades de la actual matriz productiva argentina para generar trabajos de calidad, con su correlato de desigualdad y concentración de riqueza, se evidencian en la tendencia que se ha verificado en la salida de la pandemia en 2021: la de un crecimiento de puestos de trabajo informales y precarios”, alertó el CEM.

Por Gerardo Choren, especial para TN


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