Infarto: qué es y cómo prevenirlo
La cardióloga del hospital Padilla, Silvina Luluaga, explicó cuáles son los factores de riesgo y sus síntomas de alarma.
El infarto agudo de miocardio es un proceso que se da en el músculo cardíaco como resultado de la obstrucción de alguna de sus arterias coronarias.
El corazón posee dos arterias: la coronaria derecha y la izquierda.
La izquierda es la encargada de llevar la sangre al ventrículo y atrio izquierdo del corazón.
Mientras que la arteria derecha hace lo propio con el ventrículo y la aurícula derecha (así como también a los nodos sinoauricular y auriculoventricular).
“Por lo general se llega a esta situación de isquemia por diferentes caminos, muchos de ellos tienen que ver con factores de riesgo. Algunos no lo podemos modificar como la edad y el sexo, ya que el infarto tiene más prevalencia en personas del sexo masculino de 40 a 45 años. La mujer está más protegida de la enfermedad coronaria mientras esté en edad fértil, por las hormonas femeninas y la menstruación. Existen otros factores de riesgo que son los que llamamos modificables que son: hipertensión arterial, diabetes y algunos que podemos erradicar como el tabaquismo o el sedentarismo”, explicó Luluaga.
Al mismo tiempo que agregó:
“A partir de determinada edad y más aún si el paciente tiene antecedentes familiares de enfermedades coronarias, diabetes o hipertensión, tiene que acudir a un médico clínico primeramente y luego ser derivado a un cardiólogo para estudiar su análisis de laboratorio y poder evaluar los factores, como ser el colesterol alto, diabetes, hipertensión, el hábito de fumar, el peso, sedentarismo y a partir de ahí trabajar sobre todos ellos”.
Siguiendo esta línea, la profesional destacó la importancia de la realización de un electrocardiograma de esfuerzo, para evaluar la respuesta del corazón al esfuerzo o al ejercicio. Se vigila el electro mientras la persona se ejercita en un andador mecánico o en una bicicleta estática. Con esto se puede predecir la posibilidad de una futura enfermedad coronaria o un infarto.
“Lo fundamental es que cuando el paciente está en el momento en donde se está produciendo el infarto (que se determina por un dolor intenso a la altura del pecho que puede irradiarse a la boca, a la espalda y brazos), entienda estas molestias y que no pierda tiempo pensando que puede ser una gastritis o que es producto de un mal movimiento, ya que si el infarto es atendido durante las primeras horas hasta la tercera o sexta de haber comenzado, tenemos todas las posibilidades de destapar esa arteria y volver el corazón a su funcionamiento normal”, destacó.
Por último, Luluaga remarcó:
“Posterior a la pandemia hemos detectado variables diferentes ya que el covid al ser un virus que inflama mucho el sistema endotelial, nos ha dado la sorpresa de que muchos pacientes tienen eventos vasculares, ya sea infartos, trombosis venosas, accidentes cerebro cardiovasculares, provocados por esa cascada inflamatoria que causó el covid. Es por esto que estamos sugiriendo a los pacientes que han tenido covid y más todavía a los tuvieron una estadía grave o se hayan contagiado repetidamente pasen por el cardiólogo para ser evaluados ya que las chances de tener una enfermedad coronaria son mayores”, finalizó.