El Gobierno avanza con la desaparición de la CNRT

La disolución de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte se definirá en las próximas semanas. Sturzenegger y la secretaria Legal y Técnica de Caputo pilotean la movida que impactará en un área clave bajo control de Transporte.

Más motosierra, menos reguladores. El Gobierno de Javier Milei acelera en su plan de recorte y simplificación del Estado, y en ese camino ya puso la mira en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), un organismo crucial que fiscaliza el transporte automotor y ferroviario en todo el país. En las próximas semanas, según confirmaron fuentes oficiales, se publicará un decreto que terminará con su existencia tal como se la conoce.

La decisión está en manos de Federico Sturzenegger, el ministro que lleva adelante la «motosierra administrativa», y de María Ibarzábal Murphy, la funcionaria que aterrizó en la Secretaría Legal y Técnica apadrinada por Santiago Caputo«Hay en estudio un decreto para eliminar o fusionar varias áreas que necesitan una simplificación. El tema lo sigue Legal y Técnica y se están definiendo plazos y alcances», confiaron desde el Ejecutivo a Clarín. Los cambios podrían anunciarse entre fines de abril y principios de mayo.

La CNRT nació para controlar que el transporte de pasajeros y cargas funcione bajo normas de calidad, seguridad y eficiencia. Entre sus funciones se destacan el control de la inscripción de transportistas, la fiscalización de concesiones ferroviarias, la evaluación psicofísica de conductores y la aplicación de sanciones. También administra la Tasa Nacional de Fiscalización. Hoy maneja un presupuesto de $22.367 millones, de los cuales ya ejecutó más de $8.700 millones en apenas cuatro meses, según datos oficiales de Presupuesto Abierto.

Desde que Milei llegó a la Casa Rosada, Transporte quedó bajo la órbita de Luis «Toto» Caputo. Allí, Franco Mogetta —un dirigente con pasado en el schiarettismo— asumió como secretario tras la salida del efímero Guillermo Ferraro. Dentro de Transporte, la CNRT quedó en manos de Edgar Pérez, otro cordobés cercano a Juan Schiaretti, que pese a las internas y críticas, se mantuvo firme al frente del organismo.

Pero las tensiones crecieron fuerte puertas adentro. Patricia Bullrich hace tiempo pide que áreas como la CNRT o la Agencia Nacional de Seguridad Vial pasen bajo la órbita de Seguridad, como ocurre en otros países. Aunque todavía no logró avanzar, sí llegó a colar a algunos propios, como Enrique Braun, quien duró apenas unos días. Luego, la batalla interna la ganó el mileísmo puro, con figuras como Javier Fábregas, gerente de Fiscalización del Transporte Automotor, que llegó de la mano de Karina Milei.

Fábregas, con experiencia en el sector ferroviario y militancia en la Comuna 10 de la Ciudad de Buenos Aires, arrancó con buena imagen, visto como un contrapeso a la conducción de Pérez. Sin embargo, con el correr de los meses, su influencia se fue desinflando. Este viernes, en un movimiento que sorprendió a propios y extraños, presentó su renuncia y retiró sus pertenencias de la sede de Retiro. La salida de Fábregas está directamente relacionada con el futuro incierto del organismo.

Mientras tanto, dentro de la CNRT reina la incertidumbre. Se anticipó a los trabajadores que en los próximos días se conocerán los detalles de la reestructuración. Lo que sí está claro es que las funciones no desaparecerán, sino que serán absorbidas por áreas internas de la Secretaría de Transporte, alineadas con los nuevos mandatos del Ministerio de Economía. El recorte apunta, sobre todo, a eliminar estructuras políticas y acomodar el esquema a la lógica de «Estado mínimo» que promueve el gobierno libertario.

DATACLAVE.-

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