La corrección de precios atrasados aún no terminó: qué ajustes están pendientes y cuánto impactarán en la inflación
A raíz de la decisión de recomponer precios relativos en forma de shock, los regulados fueron los que más subieron durante los primeros meses del año. Pero ahora el Gobierno busca frenar algunos incrementos, como ocurrió en el cao de las prepagas. Las perspectivas del segundo trimestre
Desde su asunción, el gobierno de Javier Milei se fijó como prioridad recomponer los precios relativos de la economía, que sufrían un fuerte rezago, buscando así no sólo reducir el gasto en subsidios -en busca del déficit cero-, sino que los sectores afectados puedan sanearse e invertir.
“Libertad de mercado” fue el lema desde que arrancó la gestión. Y se avanzó bastante en los primeros meses del año. Pero la necesidad de mostrar una sostenida desaceleración de la inflación y a la vez evitar costos demasiado elevados con la sociedad, atenuó la voracidad libertaria. De todos modos, el proceso de reajustes continuará en este trimestre.
En ese contexto, ¿cuáles son los sectores que aún deben acomodar sus precios?, ¿cómo impactarán esos aumentos en el IPC?, ¿y qué pasará con los salarios y el dólar?
Los servicios que más recompusieron sus precios en los primeros meses del año fueron los de luz y gas. Los consumidores ya están pagando en torno al 80% del costo -cuando pagaban el 30% al iniciarse el Gobierno-; los combustibles, cuyo precio ya se ubica en línea con los de los países de la región (USD 1 el litro) y las pregagas, que ajustaron sus precios casi 130% en la era Milei, bastante más que la inflación, según repasó Soledad Pérez Duhalde, economista de Abeceb. Pero si se considera también el gobierno de Alberto Fernández, el gasto en prepagas acumuló 1.663% de aumento, contra una inflación de 1.860% en el período. De todos modos, luego de darles vía libre a las empresas para aumentar las cuotas, en las últimas semanas fueron intimadas a retrotraer los precios en torno a 30% y seguir con los ajustes en línea con la inflación. Pero hay resistencia de varias y todavía no está claro cómo seguirá la disputa.
Luego de la devaluación de diciembre, la estabilidad del tipo de cambio oficial y la decisión de utilizarlo como ancla antiinflacionaria -sube sólo 2% mensual- ayudó al Gobierno en el proceso de reajuste de precios relativos, ya que los costos no se incrementan en la medida en que no suba más el dólar. “Tenés inflación pero el tipo de cambio no se mueve y son bienes dolarizados, lo cual ayuda al reacomodamiento. En el caso de luz y gas, no llegaste a cubrir el 100%, pero falta poco. Y luego hay que acompañarlo con subas períodicas que sigan la inflación”, explicó Pérez Duhalde. “En combustibles ya Argentina se ubica en un nivel más internacional”, agregó. Y en transporte, si bien hubo ajustes importantes, todavía falta.La consultora Analytica analizó cuáles fueron los principales rubros con mayores aumentos durante la gestión de Alberto Fernández y los primeros meses de Javier Milei
La contracara de todo este proceso fue el empeoramiento del salario real, que ya venía castigado. Un informe de la consultora Equilibra planteó que “tras la asunción de Milei y las políticas de shock cambiario y liberación de precios, la trayectoria de los principales costos cambió significativamente desde noviembre del 2023 y marzo de este año. El tipo de cambio real oficial subió 26%, mientras que el TCR CCL se apreció 36% por la fuerte reducción de la brecha cambiaria. Asimismo, los precios Regulados subieron 22% en términos reales, liderados por nafta y transporte público”. Al mismo tiempo la caída en el poder de compra del sector formal habría llegado al 20% en marzo del valor de noviembre, según las estimaciones de la consultora.
“Es una de las variables clave que quedó distorsionada. Cuando se analiza el ratio servicios/precios de los bienes da muy bajo. El Gobierno devaluó ya con un salario en dólares extremadamente bajo y con una pérdida de poder adquisitivo muy alta. Es un precio que tiene que tener un ajuste relativo, incluso para la recuperación económica”, manifestó Pérez Duhalde, quien no avizora una baja de inflación muy drástica, pues además de la inercia salarial y de que los precios relativos de muchos servicios no están ajustados, también hay inercia tarifaria (falta recomponer todavía) e indexatoria. Lo que juega a favor, dijo la economista de Abeceb, es la “recesión brutal, el apretón monetario gigantesco y la apreciación cambiaria”.
En Equilibra afirmaron que el salario real formal se encuentra en niveles mínimos, similares al derrumbe de la Convertibilidad, y no esperan que haya una recuperación significativa por el tope a los aumentos vía no homologación por parte del Ejecutivo de paritarias acordadas entre partes que superan una pauta (9% en abril). Lo que sí creen es que podrán estabilizarse, dejando al menos de caer. “Si el gobierno sigue recomponiendo el atraso de los precios regulados (especialmente de tarifas de servicios públicos para bajar los subsidios), mantiene el deslizamiento del dólaroficial al 2% mensual y el tope a los aumentos de paritarias, la inflación rondaría el 8% promedio mensual durante el segundo trimestre. De esta forma, se produciría una significativa recomposición de los precios regulados en términos reales, a costa de la profundización del atraso cambiario y la postergación de la recuperación del salario real”, dicen en Equilibra.
Por su parte, Claudio Caprarulo, de Analytica, señaló que la decisión de modificar, en forma de shock, la estructura de los precios relativos se reflejó en el IPC, ya que “los precios regulados o los que estaban bajo acuerdo fueron los que más aumentaron”, lo opuesto a lo sucedido durante el gobierno anterior. Sin embargo, “aún no alcanzaron un nivel que signifique recuperar el atraso de los últimos años. A nivel micro, eso modifica la canasta de consumo de las familias. Sobre la base de ingresos que caen, ahora pueden consumir menos y debe hacerlo de otra forma: destinando más, por ejemplo, hacia el pago de servicios públicos y combustibles”, sostuvo el economista.
Lo que resta ajustar y cuánto impactará en el IPC
–Gas: en abril, la tarifa subirá en promedio 330% para usuarios residenciales y hasta 800% para no residenciales. Incluso, en mayo sube el precio del gas en el punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) en torno del 65% por el inicio de la temporada invernal y comienza la indexación mensual del componente de la tarifa de transporte y distribución de las boletas.
–Electricidad: según el informe de Equilibra, es probable que en mayo el Ejecutivo concrete el anuncio de la quita de subvenciones a los hogares ingresos bajos (N2) y medios (N3) e implemente la demorada canasta básica energética. De esta manera, arrancará la indexación mensual del componente de transporte y distribución de las facturas. Cabe recordar que en febrero se les retiró el subsidio a los usuarios no residenciales y a los hogares de mayor poder adquisitivo (N1), y subieron fuertes las tarifas de transporte y distribución.
“La magnitud de las subas implementadas, anunciadas y esperadas para el segundo trimestre es tal que el rubro electricidad, gas y otros combustibles del IPC treparía 350%, aportando 8 puntos de inflación en dicho período. A esto se suma el impacto indirecto sobre los precios del alza del costo de la energía para los usuarios no residenciales que, como en el caso del gas, es mayor para las empresas”, precisó la consultora.
–Transporte público: queda pendiente extender a los usuarios que tienen la SUBE registrada las subas de tren y colectivos aplicadas en abril (223% y 59%, respectivamente) para el AMBA. También se esperan aumentos significativos de Subte, aunque sólo afecta a CABA. Si a esto se le suma el comportamiento del interior del país, la estimación es que las subas de trasporte público a nivel nacional rondarían 50% en el segundo trimestre de 2024, aportando 1,3 puntos de inflación en dicho período. Además, la tarifa de AYSA subió 209% en abril y se indexará mensualmente a partir de junio.
–Resto de los precios regulados: se esperan subas más acotadas que oscilen entre 15% y 45%, pronosticó Equilibra en su informe. “Los mayores aumentos se darían en servicios de telefonía e internet, y los menores en naftas, por el lento deslizamiento del dólar oficial. En síntesis, esperamos que los precios regulados trepen 90% en el segundo trimestre, impulsados por la duplicación de tarifas de servicios públicos”, plantea el documento.
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