Nuevos hallazgos sobre el núcleo de la Luna aparecen

Uno de los más recientes hallazgos afirman que la Luna, nuestro familiar vecino celeste, cuenta con un núcleo sólido de densidad similar a la del hierro.

Sabemos cómo se ve la Luna por fuera desde la Tierra, y hemos visto numerosas fotografías de su superficie, pero ¿cómo es el interior de la Luna? Si seguimos la Teoría del Gran Impacto, la Luna se formó de los trozos desprendidos por el golpe de un objeto enorme contra la Tierra. De esta manera podemos saber aproximadamente cómo se formó, y cómo debería ser por dentro.

Las pruebas más cercanas que tenemos sobre la Luna, son las muestras que el Apollo tomó en su viaje a la Luna, y los meteoritos lunares que han caído en la Tierra. Si se toman como base, podemos saber que la Luna está formada en su mayoría por rocas de 4.5 billones de años, rocas magmáticas, creadas a partir de volcanes que hicieron erupción hace 3.85 billones de años, rocas basálticas y brechas, rocas que se formaron por el impacto de asteroides y meteoritos, pero su núcleo ofrece más.

Hallazgos sobre una capa fundida

El interior de la Luna está formado por un núcleo de hierro, seguido por un manto semi sólido, un manto rígido y la corteza dura en el exterior. Si comparamos el interior de la Luna con el de la Tierra, podemos ver que es mucho más frío. Como es mucho más pequeña, pierde el calor fácilmente en el espacio.

Eso quiere decir, dado que la Luna sólo contienen de 2 a 4 por ciento de la masa en comparación a la Tierra, lo que hace que la cantidad de hierro sea aún menor, y a diferencia del de la Tierra, no crea un campo magnético muy grande. Si quisiéramos usar una brújula no podríamos, porque no hay suficiente magnetismo.

Briaud y sus colegas usaron estos datos para crear un perfil sofisticado de las características de la Luna, así construir simulaciones de varios tipos de núcleos para ver cuál se parecía más a las observaciones conocidas. “Los perfiles seleccionados”, escribió el equipo, “representan el 0.12 por ciento de un total de 120 mil simulaciones” creadas, alrededor de 144 instantáneas simuladas del núcleo de la Luna. 

Pero, además, su reciente investigación apoya la existencia de desplazamientos de material a través del manto lunar, un fenómeno conocido como la ‘inversión del manto’ que permite explicar la presencia de una alta abundancia de compuestos ricos en hierro en la superficie.

El estudio también explica la desaparición del campo magnético lunar. Originalmente el campo magnético de nuestro satélite era cien veces más intenso que el terrestre, pero hoy es prácticamente nulo, algo que se comprende a la luz de la estructura del núcleo.

Simulación cerca del núcleo de la Luna. NASA
Simulación cerca del núcleo de la Luna. NASA

El primer intento de hallazgo

Ciertamente los sismógrafos instalados por las misiones Apolo, permitieron estudiar la estructura lunar gracias a los sismos producidos por el efecto de las mareas terrestres o por la caída de grandes meteoritos.

Así, sabemos con certeza que nuestro satélite está cubierto por una fina corteza (de unos 50 kilómetros de espesor) de composición química bien diferenciada. Bajo esta costra, se encuentra un manto muy grueso, de unos mil 300 kilómetros de espesor, y muy heterogéneo, en el que abundan los óxidos de hierro y magnesio. Y, ya en el centro, tenemos un núcleo del que se sabe mucho menos.

Pero, para investigar el núcleo lunar se han venido utilizando los experimentos de telemetría láser-Luna (Lunar Laser Ranging). Esta técnica consiste en enviar potentes rayos láser desde la Tierra para que se reflejen en los cinco reflectores que fueron instalados en la Luna por las misiones Apolo y las sondas soviéticas Lunojod. Gracias a ello, es que hoy se sabe su composición interna.

Estructura interna de la Luna. NASA
Estructura interna de la Luna. NASA

Luna vs. Tierra

En términos comparativos, la Luna posee un gran tamaño: si dejamos de lado a Caronte (el satélite del planeta enano Plutón), la Luna, es el mayor satélite natural del sistema solar. Su diámetro, de 3 mil 500 kilómetros, es mayor que la cuarta parte del terrestre (13 mil kilómetros).

Si la Tierra tuviese el tamaño de un balón de baloncesto, la Luna sería como una pelota de tenis y ambos cuerpos estarían separados por 7 metros de distancia.

FUENTE: ECOOSFERA

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